Rubén Pacheco: “El Misteri está vivo, no es un fósil”

El músico ilicitano se ha doctorado por la UMH con una investigación científica acerca de la evolución musical de la Festa

Año tras año, los ilicitanos contemplan y representan en la Basílica de Santa María la bajada del ángel con la Magrana. Los cantos de las Marías emocionan a los asistentes desde hace alrededor de cinco siglos. Pero La Festa no siempre sonó como lo hace hoy. Los gustos de la época, las influencias de las corrientes culturales y el paso del tiempo han modelado esta obra declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. El músico, profesor y director de orquesta Rubén Pacheco Mozas ha recorrido su historia, entre los siglos XVII, XVIII y XIX, a través de un análisis científico con el que se ha doctorado por la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche.

El objetivo del investigador era determinar quién, qué y cómo cantaba en el Misteri. Para ello, el músico ha utilizado los libros de cuentas de las instituciones que financiaban y organizaban la Festa, así como las partituras conservadas. El profesor de música explica que el Archivo Municipal de Elche y algunos particulares de la ciudad le han permitido acceder a documentos que hasta ahora no se habían editado: “He recuperado partituras, como la del bajo metal, un instrumento que se tocaba en el siglo XIX  y he podido realizar una edición facsimilar”.

 

Rubén Pacheco Mozas
Rubén Pacheco Mozas es músic, profesor de piano y director de orquesta /B.Pardos

Las partituras con las que ha trabajado Rubén Pacheco cuentan con un corpus original y con anotaciones al margen del primer escribano. “En algunos casos, después del corpus aparecen motetes tachados sustituidos por otros”, explica el doctor. Para poder llevar a cabo el proceso de análisis, el profesor cotejó estos textos con manuscritos conservados en el  archivo de Santa María. De esta forma, pudo determinar su autoría, su fecha y quién los cantaba. También, se ha realizado la transcripción íntegra de todos los memoriales -libros de cuentas- de la Festa, que forman parte de los anexos del trabajo.

La tesis de Pacheco parte del siglo XVII. En concreto, arranca a finales del Concilio de Trento -cuando se prohibió la representación de obras teatrales en el interior de las iglesias- y 1632, momento en que una bula papal de Urbano VIII legitima a perpetuidad el Misteri. “A raíz del Concilio, se reorganiza la liturgia y desaparecen de forma progresiva todos los dramas litúrgicos que existían en Europa. Sólo la Festa fue capaz de adaptarse a la nueva época, abierta con la contrarreforma, y sobrevivir”, señala el experto. Entre este momento histórico y el rescripto pontificio, el Misteri se conforma en líneas generales tal y como se conoce hoy. El fin del estudio de Pacheco coincide con la reforma de Óscar Esplà en 1924.

Rigor científico

Los libros de cuentas aportan información sobre las personas contratadas para cantar, su procedencia, la periodicidad con que se renovaba el vestuario y la tramoya o los instrumentos que tocaban. El músico apunta que el estudio de estos documentos permite dilucidar que la Festa está viva y se adapta a su tiempo: “La forma de interpretar variaba de acuerdo con el presupuesto, las modas o quiénes dirigían en el momento”.

Para Rubén Pacheco, lo más importante ha sido el análisis de los documentos de los que ha extraído la información musical. El autor de la tesis ha abordado la relación de la Festa con la historia general de la música. La influencia del Barroco, la desaparición de la capilla musical o la conservación de los adornos de la María conforman los aspectos más interesantes, a juicio del investigador.

Las partituras o los instrumentos empleados reflejan la evolución de la obra de acuerdo con los gustos de la época, al presupuesto o las decisiones personales de cada maestro. Por ejemplo, a principios del XVII sólo aparecían un par de cornetas y un bajonista. Después, en el XVIII se introducen violines que, en ocasiones, acompañan al apostolado. Por su parte, los judíos aparecían con instrumentos de viento. “Influencia del teatro Barroco: los malos con instrumentos de viento y los buenos con cuerda”, explica Pacheco.

La profesora de Bellas Artes de la UMH y co-directora de la tesis, Pilar Escanero, señala que la interpretación de estos documentos a lo largo de tres siglos supone un trabajo tan arduo como en cualquier otra ciencia. A juicio de la profesora, la tesis demuestra que el mundo de la música, que ha estado tan alejado de la investigación, tiene la puerta abierta a la ciencia.

Una obra viva

Cuando desaparece la capilla profesional de música, se recurre a músicos amateurs –ajenos a las corrientes académicas- que conservan mucho mejor que los profesionales las tradiciones antiguas. “Es interesante ver cómo este hecho, que se creía negativo, resulta enriquecedor”, señala el músico. La investigación ha permitido conocer, también, cómo los adornos no escritos de la María, que evolucionan en función de la época, provienen de una tradición muy antigua que se ha conservado hasta hoy porque los cantores aficionados, muchos de ellos  poco instruidos en cuestiones musicales, los reconocieron parte inextricable del canto y los conservaron al margen de la evolución de la música culta. Rubén Pacheco señala que si hubiera continuado la capilla profesional, probablemente esta manera de cantar se habría sustituido por otra más moderna y acorde con los cánones académicos.

 

 

Técnica: grabado. Medidas matriz 100 x 70 cm. Papel 112 x 78 cm. Pulpa de papel. Edición 1/1. Año de ejecución 2014. /A.Navarro
Técnica: grabado. Medidas matriz 100 x 70 cm. Papel 112 x 78 cm. Pulpa de papel. Edición 1/1. Año de ejecución 2014. /A.Navarro

Cada generación ha adaptado la liturgia a sus gustos. A partir de 1713 aparece el primer violín, de acuerdo con la moda. A mediados del siglo XVIII, dos violines, un violón y una especie de fagot. En el XIX, solamente queda un instrumento de viento metal llamado bombardino. En 1924, se elimina el bombardino –presente desde 1617- porque, según quienes dirigían, estaba fuera de lugar. A finales de los 50 y principios de los 60, aparecen los preludios al órgano de Óscar Esplá.

Para el doctor Pacheco Mozas la adaptación del Misteri a su tiempo es clave en su conservación: “No se trata de una foto fija, sino de una obra que debe ser como quienes están a su alrededor quieran que sea. En el momento en que se trate como un modelo cerrado, la habremos convertido en un fósil”.

 

Belén Pardos

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