Diez historias curiosas sobre el desarrollo tecnológico (para gente con prisa)

De los pepinos a los píxeles, la historia de la tecnología está llena de momentos sorprendentes que han marcado el rumbo de la sociedad. Descubre estas fascinantes historias que muestran cómo la creatividad y la perseverancia pueden cambiar el mundo, un invento a la vez.

1. “El caballo no come ensalada de pepinos”

Johann Philipp Reis (1834 -1874), un maestro de escuela alemán, es conocido por ser uno de los primeros en trabajar en la transmisión del sonido por medios eléctricos. En 1861, Reis presentó el telephon, un dispositivo capaz de transmitir notas musicales y palabras simples. Curiosamente, su demostración incluyó la frase “Das Pferd frisst keinen Gurkensalat” (“El caballo no come ensalada de pepinos”), elegida por su complejidad acústica. Aunque su invento no era completamente funcional para el habla continua, estableció las bases para futuros desarrollos en la telefonía.

Sin embargo, la invención del teléfono se suele atribuir a Alexander Graham Bell (1847-1922) y Elisha Gray (1835-1901). El 14 de febrero de 1876, ambos presentaron patentes para el teléfono en la Oficina de Patentes de EE. UU., con solo horas de diferencia. Bell fue el primero en llegar y se le otorgó la prioridad. Sin embargo, Gray había diseñado un dispositivo similar, lo que desató una serie de disputas legales y controversias sobre quién realmente inventó el teléfono. Esta competencia aceleró el desarrollo de la telefonía y condujo a mejoras rápidas en la tecnología.

Cien años más tarde, la pugna en el mundo de las comunicaciones seguía siendo feroz. El 3 de abril de 1973, el ejecutivo de Motorola Martin Cooper hizo la primera llamada con un teléfono móvil portátil.
No se le ocurrió otra cosa que llamar a su rival, Joel Engel, jefe de investigación de Bell Labs, mientras caminaba por la calle en Nueva York. El teléfono utilizado, el Motorola DynaTAC 8000X, era bastante voluminoso y pesaba alrededor de 1,1 kg. Este evento marcó el inicio de una revolución en las comunicaciones personales.

Hoy en día, la mayor rivalidad está entre todos nosotros y el dichoso móvil: la lucha constante entre la conectividad omnipresente y la necesidad de equilibrio personal y privacidad.

Johann Philipp Reis telephone. Wikimedia Commons.

2. Mark Twain y la máquina de escribir

Las máquinas de escribir, inventadas en el siglo XIX, marcaron un hito en la historia de la comunicación escrita. La primera patente, otorgada en 1714 al inglés Henry Mill, nunca se materializó en un dispositivo funcional. Fue en 1868 cuando Christopher Latham Sholes, junto a Charles Glidden y Samuel Soule, desarrolló una máquina más práctica y operativa, que se convirtió en el estándar gracias a su distribución de teclado QWERTY, diseñada para evitar el atasco de las teclas.

La evolución de las máquinas de escribir fue notable a lo largo del siglo XX. Pasaron de ser dispositivos mecánicos a incorporar elementos eléctricos y electrónicos. La introducción de la IBM Selectric en 1961, con su cabezal esférico intercambiable, revolucionó la eficiencia y la flexibilidad en la tipografía. Este avance permitió una mayor velocidad y precisión en la escritura, lo que facilitó su adopción masiva en oficinas y hogares.

Mark Twain fue una de las primeras personas en entregar un manuscrito mecanografiado a una editorial. Su novela La vida en el Misisipi (1883) fue transcrita en una Remington No. 2, uno de los primeros modelos comerciales de máquinas de escribir. Con la llegada de las computadoras personales en las décadas de 1970 y 1980, las máquinas de escribir comenzaron a perder protagonismo. Sin embargo, su impacto perdura, ya que sentaron las bases para el desarrollo de los teclados modernos y de los procesadores de texto. Hoy, las máquinas de escribir son apreciadas como piezas de colección y simbolizan un puente entre la era mecánica y la digital. Nos recuerdan la importancia de la innovación tecnológica en la transformación de nuestra manera de comunicarnos.

 Larousse mensuel illustré, 1911, Public Domain via Wikimedia Commons.

3. La hacker hippie

La foto más conocida de Jude Milhon, alias ‘St. Jude’, es la de su ficha policial. Aunque en ella consta como “ama de casa” detenida por “intrusión”, hay una historia mucho más interesante detrás.

Judith E. Milhon (1939-2003) aprendió sola a programar en el lenguaje Fortran y empezó a trabajar para una empresa de máquinas expendedoras. En los años 60, se unió al movimiento contracultural hippie.
En aquella época, lo que ahora llamamos Internet eran solo dos redes que pertenecían al ejército y a los institutos de investigación. Milhon quería democratizar el acceso a la web y animar a las mujeres a los “placeres del hackeo”.

En San Francisco, creó el movimiento cypherpunk y revolucionó el ciberespacio con sus eslóganes: “¡Las chicas necesitan módems!” y “¡Banda ancha o muerte!”. Su apoyo al movimiento de los derechos civiles la llevó a ser encarcelada varias veces por desobediencia. Lo que su reseña fotográfica policial no cuenta es que Jude Milhon fue una hacker pionera de la privacidad digital.

4. Decibelios en la palma de tu mano

Si colocas la mano detrás de la oreja, puedes aumentar hasta 8 decibelios los sonidos con una frecuencia
de entre 1,6 y 2 kilohercios
. Sin embargo, la voz humana está entre los 50 y los 350 hercios. Por lo que usar la mano no es suficiente para las personas con problemas de audición.

Antes del descubrimiento y aprovechamiento de la electricidad, los audífonos no eléctricos (mecánicos o acústicos) eran lo único disponible. Se vendían trompetas de oreja, tubos de conversación, aurículas, insertos de oreja y dentáfonos, una goma que conducía las vibraciones al oído interno a través de los dientes. Algunos de estos dispositivos ayudaban a la gente a oír. Otros, eran básicamente charlatanería y no servían para nada.

El primer audífono eléctrico comercial, fabricado en 1901, consistía en un micrófono redondo de carbono sin control de volumen y un auricular con diadema de metal desmontable. Hasta la década de 1970, la mayoría de especialistas pensaba que la audición no se podía restaurar. El sistema auditivo funciona gracias a veinticinco mil fibras nerviosas que llevan las señales acústicas captadas por el oído interno hasta el cerebro, donde se interpreta la información y entiendes qué estás escuchando. ¿Cómo iba a ser posible reparar tantas líneas de comunicación estropeadas?

Entonces, la ingeniera Ingeborg Hochmair-Desoyer (n. 1953) y su marido Erwin coinventaron el implante coclear multicanal. Su dispositivo podía, por primera vez, enviar señales eléctricas al nervio auditivo. Fue el primer dispositivo en conseguir sustituir un órgano sensorial humano.

Vista lateral del Dentaphone en uso. Al doblar el ventilador, la parte superior del Dentaphone presionaba contra los dientes superiores. Para funcionar, debía tocar la fila superior de dientes, pero no morderse.
Fuente: hearingaidmuseum.com

5. Un rayo X de esperanza

Las células del cuerpo siempre se están dividiendo y creando nuevas copias. Ante el desarrollo de un cáncer, algunas células se dividen demasiado rápido. La radioterapia utiliza haces de energía de alta potencia, como los rayos X o los protones, para provocar roturas en el ADN de las células cancerosas.
Esto impide que las células crezcan y se dividan. Las células sanas cercanas también se pueden ver afectadas, pero la mayoría pueden recuperarse y volver a funcionar de forma normal. Si bien la elección de este método depende de distintos factores, la radioterapia tiene la ventaja de poder aplicarse de forma local, por lo que normalmente se utiliza para una parte específica del cuerpo que necesita tratamiento.

La oncóloga canadiense Mildred Vera Peters (1911-1993) demostró que muchos pacientes de la enfermedad de Hodgkin, un cáncer que hasta entonces se consideraba incurable, podían sanarcon radiación. También, que una tumorectomía mamaria seguida de radiación era un tratamiento efectivo para el cáncer de mama.

Aunque sus investigaciones tardaron una década en ser aceptadas, hoy, las tasas de supervivencia para el linfoma de Hodgkin son muy altas. Vera Peters convirtió la radiación en rayos de esperanza.

La oncóloga Mildred Vera Peters. Fuente: mujeresconciencia.com

6. Los niños de Kay

El DynaBook, un primer intento de dispositivo informático portátil de uso personal que nunca llegó a comercializarse, se convirtió en la inspiración de las tabletas que conocemos hoy en día y, también, del modo en el que las utilizamos. Ideada por el científico computacional Alan Kay (n.1940) en la década de 1970, esta invención está basada en lenguajes informáticos que tienen su origen en el siglo XIX y en avances tecnológicos desarrollados a lo largo de todo el siglo XX. Con la premisa de poner a disposición del gran público un dispositivo para apoyar el aprendizaje en las aulas, al mismo tiempo que se enseñaba a los más jóvenes a programar, Kay dio el pistoletazo de salida a la comercialización del hardware más extendido en el siglo XXI -los ‘ordenadores de bolsillo’- y a la democratización de la informática.

7. El trepador y la segadora

“Soy un trepador: atrápame si puedes”. Este fue el mensaje del primer virus informático jamás creado, el Creeper, un sencillo programa creado en 1971 por Bob H. Thomas. El objetivo de este ingeniero era demostrar la posibilidad de que un programa recorriera ARPANET saltando de un ordenador a otro realizando una tarea concreta, en este caso, imprimir archivos y dejar ese simpático saludo.

‘El trepador’ revolucionó el mundo de la informática porque hasta el momento este tipo de programas autorreplicables solo habían sido abordados de forma teórica por el matemático húngaro-estadounidense John von Neumann. La existencia de Creeper llevó a otro de los grandes nombres de la época a desarrollar lo que podemos considerar como el primer antivirus de la historia, Reaper.

La segadora, por la traducción de Reaper en inglés, fue creada ese mismo año por el programador Ray Tomlinson, creador del primer sistema de correo electrónico. Su funcionamiento era sencillo pero eficaz, ya que avanzaba por ARPANET buscando al trepador y lo eliminaba cuando daba con él.

Curiosidades de la tecnología
Código y mensaje de Creeper. Fuente: Xataka

8. El algoritmo de los pies calientes

Los calcetines de colores esconden uno de los secretos menos conocidos de la informática. En los albores de la computación, no fueron las misiones espaciales de la NASA ni la predicción del clima las que impulsaron del desarrollo de los algoritmos que más tarde serían la base para idear ordenadores y dispositivos inteligentes. Durante la Revolución Industrial, se crearon las primeras ‘computadoras’ para fabricar rápidamente tejidos con patrones de color.

El telar de Jacquard (1801) utilizaba tarjetas perforadas que se correspondían a cada línea del diseño. La colocación de varias tarjetas determinaba el patrón con que se interseccionaban los hilos en la urdimbre. Fue pensando en esta máquina, que sirve para hacer calcetines de fantasía, que se escribió el primer algoritmo computacional de la historia.

Con creatividad y estudiando muchas matemáticas, Ada Lovelace (1815-1852) inventó conceptos que se utilizan hoy en la programación informática como ‘bucle’, el conjunto de instrucciones que se ejecutan varias veces, o ‘subrutina’, el segmento de un programa que puede ser llamado a actuar en cualquier momento. “La imaginación es aquello con lo que conseguimos ver lo invisible”, decía la matemática. Ella vio mucho más allá de aquellas telas de colores.

Tarjetas perforadas en un telar de Jacquard. Wikimedia Commons.

9. El transmisor de ilusiones

Los espejos cóncavos crean ilusiones ópticas muy interesantes cuando un objeto se acerca y se aleja de su punto focal. Además, mientras que en un espejo plano la imagen reflejada parece encontrarse en el interior, en un espejo cóncavo se crea la ilusión de la tridimensionalidad. Este fenómeno llamó la atención de la física de la NASA Valerie Thomas (n.1943) y la inspiró para crear un transmisor de imágenes tridimensionales que patentó en 1980.

El transmisor de ilusiones de Valerie Thomas funciona mediante un par de espejos cóncavos para proyectar la imagen de un objeto que parece flotar en el aire. Cuando la luz del objeto pasa a través del primer espejo cóncavo, se refleja en el segundo espejo y regresa al primero, creando una imagen tridimensional real que se percibe como si estuviera físicamente presente en el espacio frente a los espejos. Esta innovadora tecnología aprovecha la capacidad de los espejos cóncavos para manipular la luz y crear la ilusión de profundidad y presencia tridimensional. Esta tecnología todavía sigue dando de sí, con aplicaciones en cirugía, en la exploración espacial y en el cine.

10. Generosidad con resolución atómica

Después de más de veinte años de trabajo, Pratibha Gai (n.1948) y Edward D. Boyes consiguieron hacer funcionar un microscopio electrónico capaz de percibir reacciones químicas a escala atómica. ¡Atómica! Ese microscopio, un tipo de microscopio electrónico de transmisión electrónico muy avanzado, permite la observación de reacciones químicas a escala atómica. Gai fue la primera persona en ver cómo los átomos se comportaban durante una reacción química. Antes de ella lo que se podía ver era el “antes” y el “después” de la reacción.

Puede que su invento permita ver las reacciones químicas más ‘pequeñas’ del mundo, pero su generosidad es de lo más grande. Después de todo este esfuerzo, Gai decidió no patentar el microscopio. No le interesaba ganar dinero, sino contribuir a la ciencia y a la investigación básica. Quería que la mayor cantidad de gente posible utilizase su microscopio para el beneficio común.

Fuente: cen.acs.org

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