Las fobias, ¿qué son? y ¿cómo se pueden solucionar?

Todos conocemos a alguien que siente incomodidad cuando se les presentan ciertos elementos o situaciones en su vida. Rafa, por ejemplo, le tiene miedo a las serpientes y a las profundidades marinas; a Ángeles le da pánico conducir, a Dilcia no le gustan los sitios pequeños o cerrados y a Francisco le aterran las alturas. Según el catedrático de Personalidad, evaluación y tratamiento psicológico de la Universidad Miguel Hernández (UMH) José Pedro Espada Sánchez, las fobias se generan por la intensificación de la emoción que conocemos como miedo

El escritor H.P. Lovecraft afirmaba que el miedo es “la emoción más antigua y fuerte de la humanidad” para definir la inspiración de su obra, donde explora el terror, el horror y el peligro hacia lo desconocido. El miedo es una reacción natural ante un estímulo externo objetivamente peligroso. Ayuda a nuestra supervivencia y prepara al cuerpo para huir o atacar en defensa propia. Este sentimiento se presenta en diversos momentos de la vida y en diversas magnitudes, según el nivel de peligro que interprete quien lo sufre.

Fobias y miedos

Espada explica que las fobias son manifestaciones de temor a un estímulo externo, aunque se caracterizan por ser exageradas, que persisten en el tiempo y las personas lo conciben como irracional. Además, menciona que estas pueden tener su origen en situaciones que no representan un peligro drástico, como la bromidrosifobia que es el miedo al mal olor corporal propio y ajeno.

Asimismo, las manifestaciones de fobias generan un nivel de ansiedad intenso; por lo que se clasifican entre los grupos de trastornos de ansiedad.

Tipos de fobias

Según el catedrático de la UMH, “el Circuito general del miedo es una forma en la que el cerebro se adapta y se prepara para cualquier peligro a través de la ansiedad”. “El sistema nervioso se activa para protegerse, lo que le sigue una conducta de huida ante el estímulo”, explica Espada.

La psicología distingue tres grupos comunes de fobias. El primer grupo es el de la agorafobia, según el diccionario de la American Psychological Association (APA), es el miedo hacia los espacios abiertos y no conocidos, lo que hace que las personas que padecen este miedo eviten las situaciones públicas que tengan un escape difícil. Además, otras investigaciones como las realizadas por la Mayo Clinic de Rochester (Estados Unidos), destacan una mayor complejidad de esta fobia, ya que aseguran que las personas le temen a una situación real o anticipada de carácter público, lo que explica su relación con el miedo de ir en el transporte público, en un ascensor o ir por sitios donde observan grandes grupos de personas.

Fobias públicas

El profesor de la UMH explica que la agorafobia no es como una fobia habitual.  “Lo que le sucede a la persona que la padece es que le da miedo que le pueda dar  ataque de pánico en un ágora, un lugar público que puede ser un supermercado, un parque, una playa o un cine” comenta el profesor.

El segundo grupo es el de las fobias específicas que, según Espada, “se caracterizan por el miedo a un objeto, animal o situación en concreto”. Son las más comunes y, según el Manual de Diagnóstico DSM–IV–TR de la Asociación americana de psiquiatría, hay cinco subtipos:

Poster de las fobias
  • Fobias que incluyen animales e insectos. Aquí podemos encontrar fobias como la ofidiofobia (miedo a las serpientes), aracnofobia (miedo a las arañas), la cinofobia (miedo a los perros), la entomofobia (miedo a los insectos) y la galeofobia o selacofobia (miedo a los tiburones).
  • Fobias Generadas por el ambiente: Toma en cuenta algún elemento natural que nos pueda rodear. De esta manera, podemos encontrar en esta subcategoría a la acrofobia (miedo a las alturas), la astrafobia (miedo a los rayos y truenos), la megalofobia (miedo a los objetos y estructuras de gran tamaño) y la talasofobia (miedo al mar, océano y a estar rodeado de grandes cantidades de agua).
  • Fobias del grupo Sangre-Inyecciones-Daños (SID): Aquí encontramos la hematofobia (miedo a la sangre), la tripanofobia (miedo a las inyecciones) y otros procedimientos médicos como con la tomofobia (miedo a las operaciones quirúrgicas).
  • Fobias de situaciones: Estas hacen referencia a una situación en la que nos podemos encontrar, de forma habitual, dentro de nuestro día a día. Aquí se encuentran la claustrofobia, la gefirofobia (miedo a los puentes y a atravesarlos) y la aerofobia (miedo a volar).
  • Otras fobias que son difíciles de categorizar: En esta subcategoría se encuentran aquellas fobias que no se pueden clasificar en alguna de las anteriores. Aquí encontramos a la emetofobia (miedo a vomitar), la xantofobia (miedo al color amarillo), la ligirofobia (miedo a los ruidos fuertes), la escopofobia (miedo a ser observado fijamente) y la tripofobia (miedo a los patrones repetitivos o a los agujeros).

Por último, tenemos las fobias sociales. “Estas son muy parecidas a las específicas”, comenta el catedrático de la UMH, “solo que están enfocadas a eventos sociales donde un individuo se ve expuesto a personas que no pertenecen al ámbito familiar o a la posible evaluación por parte de los demás”.

De esta manera, este miedo se caracteriza porque la persona teme actuar de una forma humillante o embarazosa frente a un público desconocido que pueda ser capaz de juzgarla.

¿Cómo se representan los síntomas de las fobias en el cuerpo?

Las fobias presentan los mismos síntomas que los de la ansiedad, pero en una intensidad diferente. “Los dos síntomas principales son las conductas de activación y de evitación, los cuales consisten en detectar un problema e intentar evitarlo a cualquier costo”, explica el profesor, y continúa: “todos los síntomas posteriores derivan de ahí, ya que hacen que el cuerpo reaccione de forma intensa con sudor, taquicardia, tensión muscular y ansiedad intensa”.

Frase 2 fobias

Mientras más se evita la fuente de la ansiedad, más frecuentes será la frecuencia de los síntomas porque la persona reforzará la idea del miedo en lugar de disminuirla. “Si tengo una forma de evitar enfrentarme a lo que me aterra, lo hago”, comenta Espada, “si me da miedo la oscuridad, voy con una linterna; si me da miedo ir en ascensor, voy por las escaleras; y así con cada ejemplo. Esto no me quitará el miedo que pueda tener, más bien lo va a empeorar y va a dificultar a la hora de buscar ayuda”.

¿Se pueden curar?

El actor y comediante mexicano Roberto Gómez Bolaños ‘Chespirito’ dijo que: “El heroísmo y la valentía no consiste en carecer de miedo, sino de superarlo”. Muchas personas beben de esa idea de “enfrentarse a sus miedos para superarlos”, por lo que buscan soluciones a estos problemas. 

“No se pueden tratar las fobias como enfermedades, porque no lo son”, explica el investigador de la UMH y continúa: “Las fobias son miedos que aprendemos y asociamos a diversas situaciones a lo largo de nuestra vida, como que alguien le tenga miedo a usar un ascensor porque una vez se quedó atrapado en uno; esa persona aprendió que el ascensor le daba miedo por esa experiencia, así que ahora debe desaprenderlo”.

Ahora bien, si las fobias no son enfermedades, ¿cuál sería el mejor tratamiento para aliviarlas? El profesor de la UMH cita al psicólogo de la Virginia Polytechnic Institute and State University (Estados Unidos) Thomas Ollendick, para quien “el tratamiento contra las fobias es sencillo: exposición, exposición y un poco más de exposición. Y, si no funciona la exposición, es que no te has expuesto lo suficiente”.

La técnica de la exposición continua suele ser el tratamiento para tratar las fobias, pero también se contemplan otros como la psicoterapia porque es efectiva con otros trastornos parecidos al de ansiedad, como el Trastorno Obsesivo Compulsivo o Trastornos por Estrés Postraumático. No obstante, la exposición es más efectiva porque enfrenta directamente al paciente con su miedo. 

“Se empieza a exponer al paciente poco a poco”, explica Espada, “y, a medida de que va pasando el tiempo, el nivel de exposición irá aumentando hasta que el miedo se reduce al mínimo o desaparece por completo”. 

Fobias animales

Un estudio de la Universitat de Barcelona, las personas pueden tenerle fobia a cualquier cosa que su cerebro interprete como peligroso, aunque este elemento o situación no lo sea. Por poner un último ejemplo, hay personas que le tienen miedo a los botones, lo que se conoce como ‘koumpounofobia’.

Puede que a Rafa le sigan aterrando las serpientes y las profundidades marinas ahora, o que a Ángeles le de ansiedad conducir un coche, que a Dilcia le aterren los sitios cerrados y a Francisco las alturas. Pero estos son problemas que pueden ser solucionados si ellos mismos lo desean, solo deben enfrentar sus miedos y aprender a superarlos.

JUEGO FOBIAS

Veamos si adivináis qué significan estos tipos de fobias:

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