Conocer el aire que respiras

Elche tiene una calidad del aire aceptable que no pone en riesgo la salud de las personas. Esta es la conclusión del análisis de las medidas de dióxido de nitrógeno (NO2) en Elche, elaborado por el Laboratorio de Contaminación Atmosférica (LCA) de la Universidad Miguel Hernández (UMH). Según el estudio, que forma parte del convenio con el Ayuntamiento para evaluar la calidad del aire, el tráfico es el principal responsable de la contaminación de la ciudad, que cuenta con un parque móvil de 146.000 vehículos. El promedio anual de partículas contaminantes en Elche es de 28 microgramos por metro cúbico (μg/m3), por debajo de la media europea, situada en 40 microgramos por m3.

Pero, en cualquier ciudad, el aire de algunas calles puede estar más limpio que en otras. Así ocurre en Londres (Reino Unido), donde se puede utilizar una app para calcular rutas de desplazamiento por las calles con el aire más limpio o recibir alertas de picos de contaminación. Las causas de esta contaminación desigual pueden ser varias. En el caso de Elche, el investigador Javier Crespo señala que las concentraciones más altas de NO2 en algunos puntos se deben a la distribución de los bloques de edificios y la envergadura de los mismos. Donde las corrientes se bloquean el aire no se mueve y, aunque el flujo de tráfico sea igual o inferior al de otras calles, los agentes contaminantes tienden a concentrarse. Es el caso de la Avenida Blasco Ibáñez, en el margen izquierdo del río Vinalopó. A pesar de que allí el tráfico de vehículos es similar a otras vías principales de la ciudad, las concentraciones de dióxido de nitrógeno son superiores. Los resultados demuestran que los datos en esta zona superan los 40 μg/m3, como ya se vio en la campaña realizada entre 2007 y 2008.

Afortunadamente, muchos ayuntamientos están tomando la iniciativa de servirse de la evidencia científica para mejorar las condiciones ambientales de las ciudades. En Elche, las campañas de análisis del aire entre el Ayuntamiento y la UMH llevan realizándose desde 2007. En base a los resultados obtenidos, la ciudad ha potenciado los sistemas de transporte no contaminantes y, ocasionalmente, el cierre a los vehículos a motor de algunas calles del centro.

Para realizar el estudio de la calidad del aire, los investigadores del LCA instalaron unos cincuenta dispositivos en el casco urbano y los alrededores de Elche para medir la concentración de dióxido de nitrógeno. El mismo método se aplicó en dos campañas durante los meses de febrero y julio, con la finalidad de obtener resultados en condiciones climáticas diferentes.

Colocación de captadores de NO(2) en el casco urbano de Elche. Fuente: UMH

Los dispositivos de muestreo, llamados captadores pasivos, se colocaron en farolas y postes cerca de las espiras de control del tráfico que el Ayuntamiento de Elche utiliza para saber cuántos coches circulan por un punto de la ciudad. Los captadores recogen el dióxido de nitrógeno presente en el aire. De esta manera, los investigadores pueden asociar la concentración de NO2 al tráfico de vehículos y establecer la relación de ambos con el entramado urbano.

El NO2 se genera en la combustión de carburantes fósiles, afecta a la salud de las personas y contribuye al cambio climático, por lo que su medida se utiliza como indicador de la calidad del aire en ciudades. La Organización Mundial de la Salud ha establecido un valor límite para proteger al público de los efectos negativos del NO2 en 40 μg/m3 de media anual. Aunque se recomienda que los niveles no alcancen este valor. Durante la campaña llevada a cabo en 2007 y 2008, los investigadores determinaron que los niveles de NO2 eran superiores a este valor en ciertas zonas de la ciudad de Elche, principalmente en algunos puntos al oeste de la ciudad y en la calle Vicente Blasco Ibáñez.

El investigador del Laboratorio de Contaminación Atmosférica Javier Crespo Mira es el responsable de los trabajos, llevados a cabo dentro del Convenio sobre calidad del aire urbano (AIR-ELX), suscrito entre la UMH y el Ayuntamiento de Elche. Ambas entidades financian esta iniciativa para evaluar la calidad del aire urbano, una herramienta clave para la gestión medioambiental que el Ayuntamiento enmarca en su plan estratégico Elx 2030 para hacer del municipio una “Ciudad Verde”.

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