Virtudes Pérez: “Necesitamos formar a los usuarios para que sepan discriminar la información sobre salud que consultan en internet”

El Instituto de Biología Molecular y Celular (IBMC) de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche abordó en su última sesión de la iniciativa ‘Ciencia con tapas’ el fenómeno de la cibercondria, término que alude a la hipocondría causada por un mal uso de internet para consultar datos sobre salud. El director del IBMC, Antonio Ferrer Montiel, inauguró la mesa redonda en la que participaron la profesora del departamento de Psicología de la Salud de la UMH Virtudes Pérez y el jefe del Servicio de Investigación y Medicina Preventiva del Hospital del Vinalopó, José Vicente Tuells. Los ponentes ahondaron sobre las causas que han provocado la proliferación de la cibercondria, además de ofrecer algunas pautas para evitar caer en esta práctica.

La profesora de la UMH Virtudes Pérez explicó que el perfil asociado a la cibercondria suele ser el de un usuario con un nivel elevado de estudios. Por su parte, José Vicente Tuells señaló que “se trata de personas solitarias y con un nivel de ansiedad importante”. La información sobre salud contenida en internet está plagada de datos erróneos, según Virtudes Pérez. La experta advirtió de que buscar un diagnóstico en base a síntomas muy generales puede llevar a los usuarios a autodiagnosticarse patologías graves que nada tienen que ver con lo que en realidad les sucede. Para José Vicente Tuells, en la mayoría de ocasiones se trata de un simple cuadro de ansiedad que se resolvería leyendo libros o practicando ejercicio físico, en lugar de intentar proceder como un médico titulado sin serlo.

Tuells aseguró que si los médicos pueden cometer errores al medicar, el riesgo se multiplica cuando los pacientes deciden hacerlo sin consultar a un profesional basándose en las lecturas en internet. Con el acceso a la información a través de la web, la práctica del autodiagnóstico y la automedicación ha aumentado. Para Tuells, la sociedad infoxicada, es decir, intoxicada con la información, ha creado esta nueva especie de hipondríacos deniminados cibercondríacos. “Si un cibecondríaco busca naúseas, puede llegar a pensar hasta que ha contraído el ébola, cuando a lo mejor le ha sentado mal el ajo que ha tomado a medio día”, sentenció José Vicente Tuells.  A juicio del experto, la solución pasa por orientar a las personas sobre cómo calmar su ansiedad y bajar los niveles de cibercondria.

“En España todavía no tenemos datos sobre el número de personas cibercondríacas, porque nos cuesta reconocer la hipocondría y que consultamos en internet”, según Virtudes Pérez. Una de las líneas de investigación de la profesora de la UMH trata de educar a los internautas para que realicen un uso responsable de internet. En este sentido, Vitudes Pérez subrayó que la alfabetización digital ofrece herramientas para aprender a distinguir páginas fiables, como las de asociaciones de pacientes, organizaciones científicas o centros de salud y hospitales, de otras webs que inducen a error.

 

Belén Pardos

 

 

 

 

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