¿Qué consecuencias tiene el cambio de hora?

Hace apenas unos días los españoles cambiamos la hora de nuestros relojes para ajustarnos al horario de invierno. Le hemos ganado una hora al reloj pero esta simple acción puede tener más efectos que dormir una hora más.

Con el cambio de hora nuestro estado de ánimo se puede ver alterado, por ejemplo, sufriendo síntomas como el cansancio, la apatía o la somnolencia. Esto se produce debido a la disminución de las horas que luz, que provoca el aumento de la melatonina. Esta hormona es la encargada de regular los ciclos del sueño ya que el organismo sigue funcionando teniendo en cuenta el horario lumínico y no el horario establecido.

Además, el cerebro humano funciona mediante ritmos circadianos, que son oscilaciones que constituyen el reloj biológico humano regulando sus funciones fisiológicas. Estos ritmos se repiten cada 24 horas. Por lo tanto, cuando se altera ese número de horas el cerebro se ve obligado a reajustarse y readaptar su sistema ya que percibe que todo ocurre más tarde de lo que debería ocurrir (por ejemplo, tenemos sueño o hambre más tarde de lo habitual)  y eso le produce un trastorno semejante a un pequeño jet lag. Nuestro cerebro tiene que aprender de nuevo todos los horarios aunque consigue adaptarse con relativa facilidad. Sin embargo, este proceso puede afectar de forma diferente en función de la edad de la persona, siendo los niños y las personas mayores los que suelen presentar mayores dificultades para adaptarse a este nuevo ajuste.

 

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