Nace una nueva terapia: así son los primeros biofármacos elaborados a partir de heces sanas

Micrografía de una bacteria Clostridioides difficile. CDC/ Lois S. Wiggs (PHIL #6260), 2004

Manuel Sánchez Angulo, Universidad Miguel Hernández

Hace unos meses comentaba en un artículo el uso de los trasplantes fecales para el tratamiento de las infecciones producidas por la bacteria Clostridioides difficile (antes conocida como Clostridium difficile). Aunque los trasplantes de heces están reconocidos como una terapia efectiva, no todo son ventajas.

Uno de los problemas es que los excrementos deben provenir de un donante sano. Otro es que deben ser analizados y procesados para asegurarse de que no presentan microorganismos potencialmente patógenos. Y por si fuera poco, cada donante tiene su propia microbiota, por lo que la variabilidad es enorme.

El tratamiento de las infecciones por C. difficile, que causan diarreas y colitis, se simplificaría bastante si los médicos dispusieran de una preparación de bacterias con el potencial terapéutico deseado y que su seguridad y su eficacia estuvieran garantizadas. Es decir, conseguir un biofármaco diseñado para desplazar al microorganismo patógeno.

Un preparado de esporas

Una de las primeras farmacéuticas en explorar dicha idea fue la empresa Seres Therapeutics. En 2015 consiguió que la multinacional Nestlé invirtiera 65 millones de dólares para el desarrollo de sus productos basados en probióticos.

Entre los más prometedores estaba el producto denominado SER-109. Consistía en un preparado de esporas obtenidas de cincuenta especies bacterianas aisladas de heces de portadores sanos. El preparado de esporas se administra por vía oral.

Los resultados fueron tan buenos que en julio de 2015 la empresa salió a bolsa. En la primera jornada de cotización llegó a valorarse en 139 millones de dólares, y en los días posteriores siguió subiendo.

Sin embargo, el 29 de julio de 2016 la compañía tuvo un tropiezo. Se publicaron los resultados de la fase 2 del ensayo clínico del SER-109 y no fueron tan buenos como se esperaba. En solo un día las acciones se desplomaron un 70 %, lo que significó la pérdida de 1 000 millones de dólares en la valoración de la compañía.

Bacterias en suspensión

Seres Therapeuthics fue la primera compañía en realizar un ensayo clínico de este tipo de medicamento, pero no era la única. Otra firma que empezó a investigar en ese campo fue Rebiotix, una pequeña start-up de Minnesota.

En su caso, la estrategia es algo distinta. En lugar de un preparado de esporas lo que usan es una suspensión de bacterias aisladas de heces humanas de portadores sanos. La suspensión bacteriana es administrada en los pacientes mediante un enema de 150 mililitros.

Los primeros resultados también fueron prometedores, y en 2014 llegó a reunir 25 millones de dólares para continuar sus ensayos. En abril del 2018 Rebiotix fue adquirida por la farmacéutica suiza Ferring.

La empresa helvética tenía el capital suficiente para cubrir los costes del ensayo clínico de Fase 3, la etapa final antes de que un medicamento pueda ser aprobado para su venta. En mayo del 2021 presentaron los resultados positivos de dicha fase y solicitaron la evaluación a la FDA (la agencia del medicamento estadounidense).

El pasado 30 de noviembre, por 13 votos a 4, la FDA dio su aprobación al medicamento denominado Rebyota para el tratamiento de las infecciones recurrentes por C. difficile.

¿Y qué ha pasado con Seres Therapeutics? Fue la primera en salir pero va a ser la segunda en llegar. Tras rediseñar sus procedimientos, consiguió seguir adelante con los ensayos clínicos (Nestlé puso otros 175 millones de dólares encima de la mesa). En enero del 2022 presentaron los resultados positivos de la fase 3 del ensayo clínico de su producto. Se espera que para abril del 2023 hayan conseguido el permiso de la FDA. Es decir, que en breve habrá disponible no uno, sino dos tratamientos para tratar las infecciones recurrentes por C. difficile.

Un nuevo campo terapéutico

Con la aparición de este tipo de biofármacos deberíamos empezar a hablar de terapia por reemplazo de microbiota en lugar de trasplantes fecales. Rebyota es el primer medicamento de este tipo, pero probablemente no será el último.

Además, tanto Ferring como Seres Therapeutics creen que el reemplazo de microbiota puede ser usado en el tratamiento de otras afecciones. Por ejemplo, la colitis ulcerosa, las infecciones recurrentes de orina por microorganismos resistentes a los antibióticos o algunos trastornos metabólicos. Y quién sabe, quizás en un futuro también sean usados como terapias de rejuvenecimiento.

Manuel Sánchez Angulo, Miembro de la Sociedad Española de Microbiología. Profesor Titular de Microbiología, Universidad Miguel Hernández

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.

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