La luz y la energía

Este año, el Premio Nobel de Física 2015, está muy relacionado con las posibilidades que ofrece la luz, coincidiendo con el Año Internacional de la Luz 2015, y se ha concedido a tres japoneses: Isamu Akasaki, Hiroshi Amano y Shuji Nak amura por la invención de los diodos emisores de luz azul de alto brillo. Sus logros han posibilitado fuentes LED (diodos emisores de luz) de luz blanca brillantes que ahorran energía.
La profesora del Departamento de Ciencia de Materia les, Óptica y Tecnología Electrónica de la UMH Julia Arias, experta en temas de diodos emisores de luz, en particular aplicados a láseres, indica que el espíritu de los Premios Nobel es dar con un avance que beneficie a toda la humanidad. En el caso del Nobel de Física, la invención reside en “la posibilidad de desarrollar lámparas y sistemas de iluminación de luz blanca que ya están suponiendo un ahorro energético espectacular a escala mundial”.
La historia de los LED empieza con el descubrimiento de la electroluminiscencia, a principios del siglo XX. Un fenómeno óptico y eléctrico por el que un material emite luz en respuesta a una corriente eléctrica que fluye a través de él. En esta ocasión también conviene echar la vista atrás, hasta los años 40, cuando con el desarrollo de las teorías modernas, se inventa el transistor y se estudian en profundidad todos los fenómenos relacionad os con los semiconductores.
En 1962, se consigue inventar el primer LED rojo, utilizado como indicador. Ya en ese momento se predijo que esta tecnología, con materia luminiscente del tamaño equiparable a un grano de arena, sustituiría a las lámparas incandescentes, señala Arias. La profesora añade que, gracias a estos y otros avances tecnológicos, se han conseguido fabricar materiales con las características necesarias para dar lugar a una nueva fuente de energía lumínica sostenible y eficiente que permitirá que el siglo XXI esté iluminado por lámparas LED.
Alicia de Lara

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