Estrés crónico: su influencia sobre el cerebro

El envejecimiento demográfico plantea una serie de desafíos en el ámbito de la salud pública. Esto implica retos en la planificación social y la atención sanitaria. Sin embargo, también es necesario comprender el impacto en la salud neuropsicológica de este grupo demográfico. Por ejemplo, el estrés al que estamos sometidos día a día es uno de los diferentes factores de los que depende la calidad de vida de una persona. La investigadora del Departamento de Psicología de la Salud de la Universidad Miguel Hernández de Elche (UMH) María Antonia Parra explica cómo el estrés influye en la calidad de vida de la población mayor, atendiendo a diversas variables físicas y psicológicas.

Según Parra, algunos estudios recientes han evidenciado que la exposición crónica al estrés puede tener efectos desfavorables en la salud cerebral, incluyendo el funcionamiento cognitivo y la disminución de las funciones ejecutivas.

Pregunta: ¿Cuáles son los efectos negativos del estrés crónico en la población mayor?

Respuesta: Algunos estudios indican que la exposición prolongada a la hormona del estrés, el cortisol, tiene efectos perjudiciales en regiones neurales clave, incluyendo el hipocampo y la corteza prefrontal -que desempeñan un papel crucial en la memoria y la función ejecutiva-, y que afectaría al recuerdo y a la toma de decisiones, entre otras.

P: Entonces, ¿qué otras consecuencias pueden provocar padecer estrés crónico en la población mayor?

R: Aunque existen diversas líneas al respecto, diversos estudios sugieren las relaciones entre niveles elevados de estrés y un mayor riesgo de demencia en los adultos mayores. Diversos análisis demuestran que el estrés crónico puede acelerar el declive cognitivo en los mayores. Se incrementa la susceptibilidad a padecer trastornos neurodegenerativos, como la enfermedad de Alzheimer. Además, existe la hipótesis de que el estrés psicosocial prolongado se relaciona con una mayor prevalencia de síntomas depresivos y de ansiedad en los adultos mayores. Esto podría agravar las dificultades cognitivas y reducir su calidad de vida.

Diversos estudios sugieren las relaciones entre niveles elevados de estrés y un mayor riesgo de demencia en los adultos mayores

P: Exactamente, ¿cómo se relaciona el estrés crónico con el deterioro cognitivo que tiene lugar durante el envejecimiento?

R: Investigaciones recientes ponen de manifiesto que el estrés crónico puede acelerar el proceso de envejecimiento a nivel celular y tener un impacto negativo en la plasticidad neuronal de las personas mayores, es decir, la capacidad de crear nuevas conexiones neuronales. Las respuestas inflamatorias persistentes producidas por el estrés están asociadas, en parte, a la neurodegeneración y al deterioro cognitivo consecuente.

Además, la relación entre el estrés, el envejecimiento y a salud neuropsicológica supone un estudio continuo y en constante evolución. Ahora sabemos que sufrir de estrés crónico puede acelerar el proceso de envejecimiento de las células y, por tanto, puede afectar a la adaptabilidad de las personas mayores a nuevas situaciones, esto lo conocemos como plasticidad neuronal.

P: Ha comentado que el estrés crónico se relaciona con enfermedades como el Alzheimer, ¿cómo afecta este estado prolongado en el tiempo con la memoria?

R: El estrés puede interferir con la formación y consolidación de la memoria. De hecho, se relaciona con la reducción de la plasticidad neuronal que comentábamos y con la creación de nuevas neuronas en las áreas donde se generan y recuperan recuerdos, como en el hipocampo, proceso que se conoce como neurogénesis. Esto produce un deterioro de la memoria a corto y a largo plazo.

La relación entre el estrés y el Alzheimer se atribuye a cómo el estrés crónico acelera la aparición de la enfermedad. Se ha observado una correlación entre los niveles elevados de cortisol y una mayor acumulación de depósitos insolubles -como las placas amiloides y ovillos neurofibrilares, extracelulares e intracelulares respetivamente- la presencia de este tipo de depósitos provoca daños a las neuronas, y por tanto, dificulta la creación de los recuerdos.

P: ¿Hay algún procedimiento, terapia o pautas que se puedan seguir para minimizar el impacto del estrés sobre la calidad de vida de las personas?

R: Se recomiendan intervenciones preventivas y terapéuticas que se ocupen de los factores de estrés como la terapia cognitivo-conductual y algunas técnicas de relajación. Estas estrategias desempeñan una función vital en la promoción de un envejecimiento saludable y en la preservación de la función cerebral.

La relación entre el estrés y el Alzheimer se atribuye a cómo el estrés crónico acelera la aparición de la enfermedad

Además, es importante fomentar un entorno social de apoyo y promover estilos de vida saludables, que abarquen una dieta equilibrada y la realización regular de ejercicio físico, puede contribuir de manera significativa a contrarrestar los efectos perjudiciales del estrés en la salud neuropsicológica de las personas más mayores.

Un ejemplo de actividades recomendadas es la practica regular de ejercicio y la reducción del estrés a través de técnicas de relajación. Estas conductas han presentado resultados prometedores en la mejora de la función cognitiva y la reducción de los olvidos y fallos de memoria relacionados con el estrés.

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