El trepador y la segadora
“Soy un trepador: atrápame si puedes”. Este fue el mensaje del primer virus informático jamás creado, el Creeper, un sencillo programa creado en 1971 por Robert H. Thomas. El objetivo de este ingeniero era demostrar la posibilidad de que un programa recorriera ARPANET saltando de un ordenador a otro realizando una tarea concreta, en este caso imprimir archivos y dejar ese simpático saludo.
A pesar de lo que pueda parecer, el nacimiento de Creeper no escondía ninguna intención maliciosa ya que Thomas estaba interesado en las aplicaciones del software. Su trepador era el ejemplo de que un programa podía instalarse de forma autónoma en todos los ordenadores de una empresa conectados a una misma red. Sin embargo su capacidad de autorreplicarse le otorgó a este ‘gusano’, que recientemente ha cumplido 50 años, el honor de ser el primer virus informático de la historia.
El trepador revolucionó el mundo de la informática porque hasta el momento este tipo de programas autorreplicables solo habían sido abordados de forma teórica por el matemático húngaro-estadounidense John von Neumann. La existencia de Creeper llevó a otro de los grandes nombres de la época a desarrollar lo que podemos considerar como el primer antivirus de la historia, Reaper.
La segadora, por la traducción de Reaper en inglés, fue creada ese mismo año por el programador Ray Tomlinson, creador del primer sistema de correo electrónico. Su funcionamiento era sencillo pero eficaz, ya que avanzaba por ARPANET buscando al trepador y lo eliminaba cuando daba con él.
Otro hito en la historia de los virus informáticos sucede en 1983 cuando Fred Cohen, estudiante de doctorado de la Escuela de Ingeniería de la Universidad del Sudeste de California, acuñó el término virus informático. El ingeniero estaba convencido de que un programa podía utilizarse para explotar cualquier sistema conectado y diseñó un prototipo para demostrarlo que presentó en el seminario de seguridad del profesor Leonard Adleman.
Malware
Durante los años en los que fueron apareciendo los primeros virus informáticos se respiraba un ambiente de avances en el mundo de la computación y la misión de aquellos programas no era otra que la mera demostración tecnológica para satisfacer el ego de sus creadores. Sin embargo pronto apareció lo que se conoce como malware, programas o códigos (cualquier tipo de software) maliciosos que tienen la función de dañar intencionadamente un sistema informático sin que los usuarios sean conscientes de ello.
Existen varios tipos de malware y cada uno conlleva problemas diferentes, los hay que provocan el mal funcionamiento en los sistemas informáticos, los que facilitan el acceso a usuarios no autorizados pero, sin duda, la mayoría persigue un beneficio económico. Son numerosas las técnicas que estos programas malintencionados llevan a cabo para tal fin. Por ejemplo el Spyware utiliza el robo de información para cometer fraude o incluso venderla a terceros interesados; el Ransomware se apropia de los sistemas informáticos para chantajear a sus propietarios; el Phising, por otro lado, persigue el robo de identidad; y el Adware busca el beneficios a través de campañas publicitarias.
Virus, troyanos, gusanos… sus consecuencias pueden ser nefastas. Por ejemplo el virus MyDoom, un gusano que se transmite por correo electrónico y cuyo autor a día de hoy se desconoce, causó pérdidas por valor de 38 billones de dólares ya que colapsó los parques informáticos de las compañías al impedir que los trabajadores pudieran usar los ordenadores y paró la producción. Cada año se producen más de 5 billones de ataques informáticos y todo empezó con unas líneas de código.