Las tortugas almacenan el esperma varios años para lograr la supervivencia de la especie
El rasgo evolutivo clave y “secreto” de la supervivencia de la tortuga mora, de las más extendidas y conocidas, se halla en la capacidad de la hembra para almacenar los espermatozoides del macho durante, al menos, cuatro años. Esta es una de las conclusiones de un estudio, en el que participan investigadores de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche, la Universidad de Illes Balears, la Universidad de Zaragoza, el CSIC y el instituto de investigación ambiental UFZ de Leipzig (Alemania).
Según los investigadores, frente a la vida útil de “solo” unos pocos días del esperma de los humanos, la tortuga mora (Testudo graeca) tiene un órgano interior (espermateca) que preserva en óptimas condiciones el semen del macho hasta 48 meses, lo que permite que la hembra pueda efectuar entre dos y tres puestas cada primavera (con una media de 3/4 huevos cada una) durante cuatro temporadas sin necesidad de aparearse. Esta cualidad de reservar las células reproductivas masculinas por tan largo plazo ha influido decisivamente en que esta especie de tierra haya sobrevivido los últimos 5 millones de años, aunque actualmente vive amenazada por la pérdida y fragmentación de su hábitat y el tráfico de animales, pese a que está prohibido tenerla en casa con penas de entre 6 y 24 meses de cárcel.
En la investigación, que se publicará en breve en la revista científica “Ecology and Evolution”, la UMH ha desarrollado un programa informático, denominado Stepland, que simula y prevé el comportamiento futuro de las poblaciones de tortuga mora en un escenario de cambio climático, contaminación creciente y pérdida de hábitat por incendios, sequías o la acción del hombre. La profesora del Área de Ecología de la UMH y una de las autoras del estudio Eva Graciá ha señalado que, según el programa Stepland, si se anula la capacidad de almacenar esperma, muchas de las poblaciones de tortuga mora se extinguirían en unos 200 años.
Este rasgo biológico permite a la especie compensar su baja capacidad de desplazamiento, ya que puede llegar a pasar su vida en 0,2 hectáreas. La profesora de la UMH Graciá ha explicado que “hemos visto que la espermateca es el rasgo evolutivo clave para el mantenimiento de las poblaciones de tortuga mora y, también, que este factor puede ser relevante de cara al futuro en el actual contexto de pérdida y fragmentación de su hábitat, que aísla a las tortugas”.
Este estudio puede servir de modelo para otras especies, aunque aún se desconoce mucho de esta característica que, entre otras consecuencias, a menudo da origen a una paternidad múltiple, de manera que los huevos de una puesta pueden provenir de diferentes machos reproductores (de los últimos cuatro años). Otro de los aspectos a indagar es si en el ámbito de la espermateca de las tortugas, se produce un fenómeno de “competencia espermática”, por la cual algunas células reproductivas masculinas se imponen a la hora de la fecundación o si ésta se produce en función de si el apareamiento ha sido más o menos reciente.
Además de Graciá, en este estudio participan, por parte de la UMH, María Victoria Jiménez Franco, Roberto C. Rodríguez Caro, Francisco Botella y Andrés Giménez. Asimismo, son autores de esta investigación, también, Ana Sanz, de la Universitat de les Illes Balears y del CSIC; José Daniel Anadón, de la Universidad de Zaragoza; y el físico del Instituto UFZ de Leipzig Thorsten Wiegand.
La tortuga mora, originaria hace 5 millones de años en el Cáucaso, tiene poblaciones naturales en diversos puntos de Asia, África y Europa. En España habita desde hace unos 20.000 años en el sureste peninsular entre la Región de Murcia y Almería y, desde tiempos históricos, en Mallorca y en el Parque Nacional andaluz de Doñana, además de Ceuta y Melilla. Aunque puede llegar a los 30 centímetros de longitud, normalmente es más pequeña y es característica porque las placas y dibujos de su caparazón recuerdan a los mosaicos griegos.