La resistencia a los antibióticos: el gran desafío
El Día Europeo para el Uso Prudente de los Antibióticos es un proyecto celebrado cada 18 de noviembre, cuyo fin es instruir a la población acerca del riesgo de que las bacterias se vuelvan resistentes por uso indebido de antibióticos. Dicha jornada está encuadrada en la Semana Mundial de Concienciación sobre el Uso de los Antibióticos, que es organizada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) del 2 al 18 de noviembre y cuyo lema este año es “Difunde la concienciación, frena las resistencias”.
Los antibióticos constituyen un pilar trascendental en la medicina. Ciertamente, su descubrimiento significó una forma eficaz de acabar con las infecciones por bacterias en personas. Sin embargo, su uso indiscriminado puede acarrear consecuencias fatales. Por ello, cada año fallecen 700.000 personas y se estima posible que se convierta en la primera causa de muerte en 2050.
Seguidamente, conviene recordar que la Universidad Miguel Hernández de Elche (UMH) se unió a la iniciativa Micro Mundo, coordinada por la Sociedad Española de Microbiología. Así, emprenden la investigación en las aulas de secundaria para fomentar vocaciones investigadoras en los jóvenes, y divulgan el problema de salud pública que supone la aparición de superbacterias resistentes a los antibióticos.
Por otra parte, se ha comprobado que las bacterias del suelo son una buena “mina” de antibióticos naturales. El ejemplo es la pseudouridimycina, que destruye una amplia gama de bacterias resistentes. También el grupo de investigación en Diseño y Desarrollo de Compuestos Bioactivos de la UMH realizó un estudio en que se advertía del potencial antimicrobiano de los extractos de la jara negra y del granado para reducir la resistencia a los antibióticos. En el escrito se mostró la capacidad de las plantas en virtud de su contenido en polifenoles y su mecanismo de acción a través de la interacción de estos compuestos con la pared celular de las bacteria.
En suma, la lucha contra la resistencia en antibióticos es el gran desafío de nuestro siglo. Europa ya ha iniciado las investigaciones en busca de un futuro mejor. Todos los países están involucrados en este trabajo vital. Sólo el tiempo será capaz de responder a la gran incógnita que plantea la ciencia moderna.