Tomar el vuelo

El Pantano de Elche, además de estar catalogado como Bien de Interés Cultural por la Generalitat Valenciana, cuenta entre sus parajes con una fauna y flora diversas. La Oficina Ambiental de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche ha iniciado un proyecto destinado al estudio de la biodiversidad del Pantano, que ya cuenta con la financiación de Aigües d’Elx, la colaboración del Ayuntamiento de Elche y de las Áreas de Botánica, Ecología y Edafología de la UMH.

La primera fase de este proyecto, que tendrá una duración de tres años, consiste en el censo de las aves acuáticas del Embalse. “Se trata de estudiar la dinámica poblacional de determinadas especies, sobre todo protegidas, así como los factores que influyen en esas dinámicas: migración, invernada, factores humanos, meteorológicos…”, explica el alumno en prácticas de la Oficina Ambiental Pablo Perales. En el Pantano de Elche se encuentran aves como la Malvasía Cabeciblanca, una especie en peligro de extinción que marcó el inicio del proyecto, al descubrir que se reproducía en el Embalse. “Hay bastantes especies, como la garcilla cangrejera, catalogada como vulnerable, incluso existe una población de búho real, el ave rapaz nocturna más grande del planeta, que también está protegida”, asegura Pablo Perales.

El censo de aves se inició en septiembre de 2014 y durará hasta final de curso, con salidas semanales en las que puede participar todas las personas interesadas. “Esta es una fase previa de un proyecto mayor en el que se realizará un estudio de aves, mamíferos, reptiles, anfibios y toda la botánica del Embalse”, explica Antonio José Guerrero, técnico de la Oficina Ambiental. Según el apoyo que reciban y los resultados obtenidos, el objetivo final de este proyecto es “intentar proporcionar al Pantano de Elche una determinada categoría de protección ambiental, tanto a nivel local como europeo”, afirma Pablo Perales.

En la misma línea, la Oficina Ambiental está desarrollando el proyecto “ProAves. Colisiones UMH”, un censo de aves en el Campus de Elche de la UMH. “Se hace una ruta por el campus para censar por especies, que suelen ser aves paseriformes, como la tarabilla que tenemos aquí”, asegura Pablo Perales. Este proyecto, además del censo, incluye un estudio sobre los factores de mortandad entre las especies que habitan el campus. “Resulta que las aves colisionan contra las cristaleras de los edificios, que actúan como un espejo y reflejan el paisaje. Estamos registrando alrededor de un ave por semana, con picos en los pasos migratorios”, explica Pablo Perales. El edificio de Rectorado es en el que más colisiones se han registrado, debido a las grandes cristaleras que tiene.

El proyecto ProAves se inició en octubre de 2014 y el objetivo es proponer medidas que disminuyan la mortandad entre las aves que habitan el Campus de Elche. “La idea es que con este censo veremos dónde son más necesarias las medidas y cuáles serían las más efectivas”, explica Antonio José Guerrero. Propuestas como poner pegatinas en los cristales o murales de paisajes podrán servir para paliar estos accidentes. Ambos proyectos se llevan a cabo desde el Grupo de Voluntariado Naturalista de la Oficina Ambiental UMH.

 

MCarmen Alabort

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