Juego de escape de química: ‘Los 4 elementos’
Empédocles de Agrigento (495-435 a. e. c.) fue un filósofo y sanador. Tenía la teoría de que sólo existían cuatro elementos: fuego, agua, tierra y aire. Toda la naturaleza estaba compuesta por una mezcla de estos, además, se pensaba que la amistad los unía y que el odio los separaba. Aristóteles, en su Metafísica, añadió a la hipótesis de Empédocles la idea de las “cuatro cualidades elementales”: húmedo/seco y caliente/frío.
Incluso Platón y Aristóteles añadieron un nuevo elemento: el éter, también llamado quintaesencia. Daba explicación a varios fenómenos naturales, como el movimiento de la luz, la gravedad o la oscilación de las estrellas en el cielo. Los físicos pensaban que el éter ocupaba todo el espacio y que era el medio por el que viajaba la luz. No fue hasta el siglo XIX que se pudo confirmar la teoría atomista gracias al experimento de Michelson y Morley. Ahora conocemos que la materia está compuesta por átomos, formados por un núcleo de protones y neutrones, y una nube de electrones.
La actual tabla periódica consta de 118 elementos químicos, su creador fue Dmitri Mendeléyev, químico ruso. Los elementos están ordenados en grupos (columnas) y periodos (filas) que comparten ciertas propiedades. Hasta el momento de su publicación, cada nuevo elemento era descubierto por sorpresa. Para los pre-químicos, los alquimistas, la máxima aspiración era conseguir la piedra filosofal, un compuesto capaz de ‘flogistar’ -de convertir cualquier elemento en oro-, de otorgar la vida eterna y toda clase de proezas mágicas.
La carrera para encontrar nuevos elementos de la tabla periódica no ha llegado a su fin, pero se ha desacelerado. Hoy en día, los esfuerzos de la comunidad química no se centran tanto en sintetizar nuevas estructuras atómicas como en comprender mejor los elementos súper pesados ya conocidos. Estos elementos se encuentran en las últimas posiciones, del 100 en adelante. No fueron descubiertos, aislados, estudiados y colocados en su lugar, sino que se fabricaron.