Expertos repasan la historia de la medicina humanitaria y la labor de Mary Elmes, la “Oskar Schindler” irlandesa

La irlandesa Mary Elmes (1908-2002) jugó un papel fundamental en el apoyo a las víctimas de la Guerra Civil española en diferentes ciudades. En concreto, en la ciudad de Alicante, fue la gestora del hospital infantil situado en Polop, que en aquella época acogía a una treintena de niños afectados de diferentes dolencias, como la tuberculosis, el tifus, la sarna, además de malnutrición o heridas a causa de los bombardeos. Elmes, natural de Cork, estudió literatura moderna española y francesa, de manera que dominaba el idioma a la perfección, además de que contaba con grandes habilidades de gestión y organización. El compromiso humanitario de esta irlandesa cuáquera, junto al de otras mujeres y hombres, enfermeras, médicos y sanitarios que trabajaron para intentar paliar la desesperada situación causada por la dura contienda, se describe en la investigación llevada a cabo por Àlvar Martínez Vidal. El profesor de la Universidad de Valencia participó en el seminario “La medicina humanitaria en la Historia”, coordinado por el Máster Universitario en Cooperación al Desarrollo. 

Tal y como explicó el profesor Martínez Vidal, tras acabar la guerra en España, Elmes se trasladó a Francia, donde continuó gestionando la ayuda humanitaria destinada a los niños españoles y judíos internados en los campos de refugiados del sur de Francia. En 2013, su figura fue reconocida con el título “Justa entre las naciones” y en su ciudad natal cuenta con un puente que lleva su nombre: el Puente Mary Elmes, bautizado así después de una votación pública, en honor a una mujer que ha sido descrita como la “Oskar Schindler” irlandesa. De hecho, a esta trabajadora humanitaria se le atribuye la proeza de salvar las vidas de al menos 200 niños judíos durante el Holocausto, ocultándolos en el maletero de su automóvil.


Ramón Castejón presenta a Álvar Martínez y a Jon Arrizabalaga al comienzo del seminario.

Por su parte, el profesor del CSIC Jon Arrizabalaga, quien también participó en el seminario, hizo un repaso por el modo en el que las organizaciones humanitarias han hecho frente a los problemas de cada época e hizo un repaso por la historia  de la medicina humanitaria y el surgimiento de la Cruz Roja. Asimismo, explicó la distinción histórica entre dos tipos de humanitarismo: el alquímico, que incorpora la lucha en favor de las causas del sufrimiento, considerando a la política como una de las herramientas y el de emergencias, dedicado a salvar vidas en situaciones de riesgo, alejado de la política.

Además, Arrizabalaga hizo hincapié en la importancia de la noción de innovación tecnológica, estrechamente ligada a esta medicina humanitaria. “Por tecnología en este campo no solo entendemos aquellas novedades en relación a instrumentos y equipamientos o las relacionadas con la logística médico-militar, sino también cualquier medida innovadora relacionada con la compasión por las víctimas”, señaló el investigador. A juicio del profesor del CSIC, la innovación en este sentido se encuentra fuertemente relacionada con las tecnologías audiovisuales (carteles, cine o documentales), todas ellas con un gran capacidad de generar empatía por parte del público, sentimiento fundamental para la medicina humanitaria. 

Haciendo honor a la importancia de la imagen, el seminario contó con un pase de diapositivas titulado Alicante en guerra: Mary Elmes y el Hospital infantil de Polop de la Marina, además de la proyección del vídeo Alerta sanitaria en Francia. Enfermedad y asistencia humanitaria a los refugiados republicanos españoles. Se trató de una actividad coordinada por los profesores de la UMH Ramón Castejón Bolea y Diego Torrús Tendero, organizada también por el Máster Universitario en Cooperación al Desarrollo. Conjunto-Especialidad en Salud en Países en Desarrollo-UMH, la Oficina de Cooperación Internacional del COMA y el Instituto Interuniversitario López Piñero-UMH. 

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