Escribir la vida con cuatro letras
En este enlace puedes descargar una plantilla para imprimir, recortar y montar dos tipos de maquetas del ADN. Editado por el Banco Mundial de Datos de Proteínas.
También puedes probar con el origami de ADN de yourgenome.org. Incluye versiones para colorear e instrucciones en vídeo.
A C G T. Con estas cuatro letras se puede escribir el libro de la vida. Todas las instrucciones que una célula necesita para funcionar, todo lo que somos y buena parte de lo que seremos es un código de 6 billones de letras, figuradamente, A C G T.
EL ADN es posiblemente la molécula más compleja que existe y, al menos para los seres vivos, la más importante. La información genética que contiene nuestro ADN (ácido desoxirribonucleico) tiene forma de polímero, una estructura a su vez conformada por moléculas más pequeñas que se repiten. Estas pequeñas moléculas, llamadas nucleótidos, están formadas de un azúcar (desoxiribosa), un grupo fosfato y una base nitrogenada. Las bases nitrogenadas del ADN pueden tener cuatro formas distintas: adenina (A), timina (T), citosina (C) o guanina (G). Sus distintas combinaciones codifican instrucciones diferentes, de tal manera que la secuencia AGGTCCATG no significa lo mismo que la secuencia TTCCAGATC.
Pero los nucleótidos de nuestras células no viven solos. La cadena de ADN está compuesta de una pareja de nucleótidos en forma de escalera en espiral, la famosa doble hélice. El apoyo de esta estructura serían los azúcares. Los escalones serían las bases nitrogenadas. Para construir la escalera, se adhieren a la glucosa las bases nitrogenadas del escalón siguiendo las normas de combinación posibles: A solo encaja con T, G solo encaja con C. Más sencillo que montar una estantería de Ikea. Pero mucho, mucho más grande. Si pudieras extraer el ADN de una de tus células y desenrollarlo sería más alto que tú. Y si combinaras todas las cadenas de ADN de tu cuerpo tendrías suficiente para extender una madeja genética que llegaría al Sol… 600 veces.
Rosalind Franklin y la doble hélice
Hasta hace apenas 60 años, ni siquiera conocíamos la forma el ADN. La investigadora Rosalind Franklin consiguió visualizar por primera vez la estructura en doble hélice del ADN en 1952. No obstante, el reconocimiento por el descubrimiento sobre las bases genéticas de la vida recayó en otros investigadores que se apropiaron del trabajo de Franklin sin su permiso.
Nuestro patrimonio genético
Otro de los grandes hitos en la investigación del ADN fue el Proyecto del Genoma Humano, el primer gran esfuerzo internacional en la historia de la Biología para determinar la secuencia completa de nuestros genes. Concluyó en 2003, dos años antes de lo previsto. Los resultados del mapeo y secuenciación de todos los genes humanos fueron puestos a disposición de toda la comunidad científica para seguir avanzando en el conocimiento de aquello que nos hace ser lo que somos. El genoma del Homo sapiens, declarado patrimonio de la humanidad, contiene 23 pares de cromosomas en el núcleo de cada célula. La genómica comparada entre humanos ha tenido sus luces y sus sombras. A veces malinterpretada o sesgada en favor de quienes quieren hacer de la diferencia un problema. A veces, para seguir la pista al origen de nuestra especie y combatir enfermedades.
Cada 25 de abril celebramos el día del ADN. Una fecha señalada por la publicación del trabajo de Watson y Crick sobre la estructura molecular de los ácidos nucleicos. Pero, como dice el biólogo evolutivo Richard Dawkins, él no se entera: “Al ADN no le importa nada ni sabe nada. El ADN solo es. Y nosotros bailamos al son de su música”.
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La “Mednight” nace como fruto de la colaboración de un consorcio de 12 entidades: Universidad Miguel Hernández de Elche, Universidad de Alicante, Universitat de València, Universitat Politècnica de València, Universitat Jaume I, Universidad de Murcia, Universidad Politécnica de Cartagena, Fundación Fisabio, Fundación Séneca – Agencia de Ciencia y Tecnología de la Región de Murcia, INCLIVA y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, bajo la coordinación de El Caleidoscopio y con el patrocinio de la Generalitat Valenciana a través de Fundación de la C.V. para el Fomento de Estudios Superiores (FFES), la Casa Mediterráneo, Las Naves y Distrito Digital de la Comunitat Valenciana.