¡¿El polen está vivo?! No. Hablamos del movimiento browniano
En 1827, el biólogo y botánico Robert Brown observó en el microscopio granos de polen suspendidos en agua. El agua parecía estar quieta pero el polen se movía. ¡¿Estaba vivo?!
No. En realidad, Brown podía ver cada mota de polen porque son grandes pero no podía ver cada molécula del agua y cómo éstas empujaban el polen constantemente, en todas direcciones, de forma aleatoria. En su época, los átomos y las moléculas existían solo en teoría y habría que esperar hasta 1910 para que Albert Einstein explicase con detalle qué sucedió exactamente aquel día en el microscopio de Brown.
El movimiento browniano se puede observar fácilmente mientras se limpia el polvo en una habitación semioscura. Si se deja pasar un rayo de luz por la ventana, se verán las partículas de polvo en suspensión volando hacia todas partes. ¿Por qué el polvo no cae, simplemente, hacia abajo? En este caso el fluido no es agua sino gas, pero el principio es el mismo. Aunque no son visibles, las moléculas del aire se mueven de forma aleatoria y empujan las motas de polvo, repetidamente, en todas direcciones.
El movimiento browniano de las partículas inspiró un modelo matemático creado en la Universidad Miguel Hernández de Elche para predecir el precio de la electricidad.
La empresa murciana Artificial Intelligence Talentum ha aplicado el modelo en el sistema de eficiencia energética PRIOTS (predicción del Internet de las cosas) que puede reducir los costes de la electricidad y la huella de carbono.
Este sistema permite a los dispositivos inteligentes detectar cuándo es el mejor momento para el consumo eléctrico, ya que tiene en cuenta el precio de la electricidad, si procede de una fuente limpia o no y si se adapta al patrón de uso del dispositivo.
Un modelo matemático similar, desarrollado también en la UMH e implementado por AI Talentum puede predecir las fluctuaciones en el mercado global de divisas.