El laberinto de la nueva física
Por Omar Alfonso Bohórquez. Profesor de Física de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas y estudiante del Máster interuniversitario en Historia de la Ciencia y la Comunicación Científica de la UMH
En estos primeros días de octubre me encontraba leyendo las secciones de ciencia de los periódicos el País y el ABC de España y me topé con un par de artículos asociados a la denominada nueva física: ¿No aparece la Nueva Física? Usemos la fuerza brutaABC, “Hacer física hoy es como bajar al río y voltear todas las piedras para ver qué aparece” El País. Estos giraban en torno a la entrevista realizada al prestigioso físico Marzio Nessi, un reconocido físico experimental especializado en altas energías que realizó aportes al proyecto CERN, específicamente al experimento llamado ATLAS.
Uno de los mayores logros del proyecto ATLAS fue el descubrimiento en el año 2012 de la llamada “partícula de Dios” o el denominado por los expertos “Bosón de Higgs”. Sin duda, este es uno de los mayores hallazgos del siglo XXI y con toda seguridad está al nivel del descubrimiento de las ondas gravitacionales.
Lo interesante de la entrevista es que Nessi menciona frases como la siguiente: “Hacer física hoy es como bajar al río y voltear todas las piedras para ver qué aparece”. Esto se debe a que en los últimos seis años no se ha encontrado ningún tipo de resultados nuevos en el proyecto CERN. El Atlas, al encontrar el “Bosón de Higgs”, permitió que el modelo estándar de partículas se completara, ya que se descubrió la última pieza del rompecabezas, este modelo ha sido uno de los predictivos en toda la historia de la física.
Sin embargo, en la actualidad la teoría del Big Bang, la cual explica el origen del universo, ha arrojado un sin número de problemas que no pueden ser descritos por el modelo estándar de partículas en la cual esta se fundamenta. Entre estos problemas se encuentra, por un lado, la denominada materia oscura y, por otro, la energía oscura; de las cuales se dice que componen el 95% de materia de todo el universo. Estas cuestiones nos ponen en un total aprieto, ya que, al parecer, sólo conocemos o mejor dicho comprendemos el 5% de nuestro universo.
Para explicar el origen de la materia oscura y de estas otras irregularidades se plantean nuevas teorías que predicen la existencia de nuevas partículas. Una de las partículas predichas es el “Neutralino”; sin embargo, esta nunca ha podido ser medida en el proyecto CERN. Desde esta perspectiva, lo que se pretende hacer ahora en este proyecto es revisar todos los datos tomados por el proyecto ATLAS en los últimos años con técnicas de Big Data o con inteligencia artificial, herramientas que podrían desvelar anomalías en los datos que nos acercarían a nuevas teorías de la física. Es decir que, según parece, de ahora en adelante los datos nos indicarán en qué dirección debe ir la nueva física, ya que es posible que hayamos llegado a la frontera de la llamada física teórica.
Según Nessi, “el sueño de todo físico es describir todas las fuerzas con una sola fórmula”; no obstante, cabe la posibilidad de que no exista dicha fórmula o de que estemos siendo muy pretenciosos al creer que con la física que hemos desarrollado se pueden unificar todas las fuerzas; e, incluso, también cabría preguntarse si realmente lo que está pasando es que el experimento muestra que las fuerzas no son explicables a través de una misma teoría ya que, tal vez, su naturaleza es distinta. De la misma manera, podría cuestionarse si en la física se presenta una especie de incompletitud como la planteada por Kurt Gödel en matemáticas.
Vale la pena aclarar que, en física, si bien un modelo o teoría describe unos fenómenos de manera correcta, esto no implica que necesariamente dicha teoría sea completamente cierta. Recordemos, por ejemplo, la teoría de los epiciclos de Ptolomeo, la cual funcionaba muy bien a priori, cosa que no sucedió posteriormente. A pesar de todas esta problemáticas, los físicos seguimos en la búsqueda de la denominada nueva física.