La sobreexposición a las pantallas nos convierte en seres dispersos y poco empáticos

Para justificar la distracción constante se emplea el término “multitarea”. Un término inventado cuando se produjeron las primeras máquinas con dos procesadores con capacidad para hacer dos o más cosas a la vez. Pero el ser humano no es capaz de eso y la alternancia excesiva de tareas a la que nos hemos habituado deteriora la atención.

¿Es el cerebro humano corrupto por naturaleza?

El cerebro humano no es corrupto, en absoluto. No está en la naturaleza de las personas engañar a sus semejantes. La mayoría de los individuos podemos identificar cuando una persona agrede a otra. Y sentimos repugnancia por el agresor y nos da lástima el agredido gracias a la empatía, una función del cerebro que percibe […]