¿Por qué los loros malgastan la comida?

Los loros malgastan la comida. Esto es un hecho bien conocido por aquellos que tienen un pájaro tropical en sus vidas. Da igual si se les alimenta con verduras, semillas o cualquier manjar digno de un ave del paraíso, los loros tiran la comida al suelo. Según un nuevo estudio publicado en Scientific Reports, los loros salvajes también malgastan comida. Este comportamiento es extraño en el mundo animal, ya que la mayoría de especies aprovechan bien todo alimento que puedan conseguir para asegurar su supervivencia. Averiguar por qué los loros desperdician comida es importante para conocer en profundidad a las distintas especies y, además, porque su hábito despilfarrador podría tener una gran influencia en sus ecosistemas.

En el estudio, el equipo liderado por la investigadora del Área de Ecología de la UMH Esther Sebastián González se preguntaba si el malgasto de comida es generalizado para todas las especies de loros, si es accidental o intencionado y si el desperdicio de los loros beneficia a otras especies.

¿Por qué los loros malgastan la comida?

Como cualquier otro ser vivo, los loros cumplen una función ecológica. Lo que ellos hacen (o no hacen) influye en el ciclo vital del resto de las especies que les rodean. Esta perspectiva ecológica es la que podría explicar el comportamiento de las aves. El hecho de que los loros descarten comida podría facilitar la adquisición de alimento a otras especies y, además, esparcir semillas que renuevan la vegetación del entorno.

Según el estudio de Sebastián González, 86 especies animales se benefician de la comida que los loros descartan y 27 de estas especies actúan como dispersores secundarios de semillas. Otros pájaros, mamíferos, reptiles , peces y hormigas reciben la comida que los loros descartan de las copas de los árboles. Algunos de sus agradecidos vecinos llegan a desplazar las simientes a más de cien metros. Esto puede ser muy beneficioso para las plantas, cuyo germen se extiende más allá de lo que podría con la simple caída del fruto.

Como el papel de las abejas en la polinización, existen muchos ejemplos de interacciones planta-animal mutualistas donde ambas especies salen beneficiadas. Este parece ser el caso de los loros y la vegetación. La investigadora Esther Sebastián cree que los loros podrían descartar comida intencionalmente porque, de alguna manera, saben que así tendrán mejores “cosechas” en el futuro. De la misma forma que cuando cultivamos manzanas podemos retirar los frutos más pequeños para favorecer el crecimiento del resto de la cosecha, los loros arrancan y descartan algunos frutos porque esto permitirá a la planta dedicar más recursos a las frutas restantes. Anque los investigadores insisten en la necesidad de nuevos estudios para confirmar esta hipótesis.

El equipo de investigadores estudió 35 lugares en 17 países, a lo largo de 5 continentes. Las 103 especies de loros estudiadas malgastaban principalmente frutas y semillas, independientemente de si eran especies autóctonas o introducidas en el hábitat. Además, estudiaron el comportamiento en cautividad de algunas de las especies. El desperdicio medio de las aves en cautividad era del 21%, mientras que en libertad, los loros malgastaban el 12% de las frutas y el 15% de las semillas que recogían de los árboles. Algunos llegaban a descartar casi el 80% de las semillas.

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La extensión espacial, temporal, tipológica y taxonómica del desperdicio de alimentos por parte de los loros: Espacial: cada círculo muestra un área estudiada. Los círculos azules representan áreas donde los loros son especies exóticas, mientras que los círculos rojos son áreas incluidas en su distribución nativa. Temporal: el gráfico muestra el número total de observaciones de desechos por mes por todas las especies de loros (verde claro) y, específicamente, por Psittacula kramerii (verde oscuro). Tipológico: Número de observaciones para diferentes partes de plantas desperdiciadas por loros. Otros incluyen invertebrados, tallos, brotes, resina y corteza de árbol. Taxonómico: Número de especies de aves encontradas que desperdician alimentos y especies de plantas involucradas.

Fotografías: Poicephalus meyerii (izquierda) desperdiciando frutos y semillas de Terminalia sericea (derecha), fotografías de J.L. Tella. Autores de los íconos: Georgiana Ionescu (fruta), Shawn Erdely (semilla), Mansion @ design (flor), Noël Rasendrason (ramita), Myly (irse) y Lisa Staudinger (asterisco), todos de thenounproject.com.

Fuente: https://www.nature.com/articles/s41598-019-51430-3/figures/1

Los investigadores no han encontrado relación entre la cantidad de comida desperdiciada y la escala evolutiva de los loros. Tampoco tiene que ver con el tamaño del ave, la disponibilidad de comida o la cantidad de competidores a su alrededor. Sí se ha demostrado que la cantidad de comida que desperdician varía según la época. Durante la época de reproducción desperdician menos comida. También, tienden a descartar más comida de plantas exóticas (no comunes en su hábitat) o las frutas poco maduras. Otro dato curioso es que la cantidad de frutos con parásitos que descartaron no era muy elevada (menos del 4%), así que la infestación de la comida tampoco parece tener nada que ver con este comportamiento.

¿Qué comen los loros?

Hay 372 especies de loros (aves pertenecientes al orden Psittaciformes) que se distribuyen en tres grandes familias: los loros típicos o papagayos, las cacatúas y los loros de Nueva Zelanda. La mayoría habitan en zonas tropicales y subtropicales. Se alimentan principalmente de semillas, nueces, frutos, brotes y otras materias vegetales. Algunas especies consumen a veces animales y carroña; mientras que otras están especializadas en comer néctar, polen y fruta blanda.

Los loros pueden comer:

  • Fruta: manzana, plátano, cítricos, uvas, mango, papaya, fruta de pasión, granada, melocotón y melón.
  • Verdura: remolacha, pimientos, brócoli, calabaza, zanahorias, col, espinacas, maíz, calabacín, tomates, acelgas, kale y boniato.
  • Nueces: almendra, anacardo, nueces de macadamia, pecán, nueces de brasil, avellanas, cacahuete, pistacho. Todas ellas, al natural.
  • Variedades salvajes: hierba gallinera, diente de león, cerraja, zarzamora, endrina, espino, plátano macho y cenizo.

No deben comer:

  • Galletas saladas o pan, aguacate, ruibarbo, cebollas, ajo, setas, espárrago, berenjena o chocolate.
  • En general, se debe evitar alimentarlos con comidas saladas, azucaradas, fritas o con contenido en teína, cafeína o alcohol.

Las mezclas comerciales de alimento para loros incluyen distintas concentraciones de maíz molido, harina de soja, trigo, azúcar, aceite vegetal (conservado con tocoferoles), frutas, sal yodada, DL-metionina, cloruro de colina, monohidrocloruro de L-lisina, diferentes vitaminas (E, K, A, D3), y colorantes.

Para los cuidadores de loros, es importante saber que estas aves van a desperdiciar comida y no por ello tienen que cambiar a una “mejor marca” o suplementar la dieta, más allá de lo recomendado por los veterinarios. Siempre es buena idea informarse desde fuentes fiables sobre cómo alimentar a las distintas especies de aves.

¿Los loros son inteligentes?

Algunos estudios afirman que los loros pueden resolver problemas, comunicar sus deseos, contar, sumar, restar e incluso entender el concepto de “cero”). Pueden utilizar herramientas y su capacidad cognitiva se compara con la de los cuervos e incluso algunos primates.

¿Hay más especies animales que malgasten comida?

Hay estudios que demuestran que algunas especies de monos descartan casi dos tercios de las semillas que recogen. No obstante, lo habitual es que un animal vaya consumiendo distintos alimentos disponibles para no agotar ninguna fuente. Este comportamiento se observa tanto en herbívoros como en carnívoros predatorios. El hecho de que un animal malgaste comida es ilógico, según las teorías clásicas de la Ecología que explican la optimización de la recogida de alimentos en la naturaleza. Hasta el momento, la comunidad científica no está de acuerdo en una explicación para el comportamiento pródigo de los loros. Según algunos estudios, esta peculiaridad es simplemente accidental. En estos trabajos se argumenta que los loros malgastan comida porque se les cae, en particular si se trata de un fruto grande o de alguna especie menos conocida para ellos.

Otra especie muy extendida en el planeta y que desperdicia hasta 1,3 billones de toneladas de comida cada año es el Homo sapiens. Esta cifra no hace referencia a la comida “perdida” en las etapas de producción, como la cosecha, el almacenaje y el transporte, sino a la cantidad de alimentos que están disponibles para el consumo humano pero acaban en un vertedero. Este derroche, también ilógico, se explica desde la cultura de consumo que espera de los supermercados que estén permanentemente llenos a rebosar y presenten productos de aspecto reciente, además de que la mayoría de consumidores no entiende el etiquetado de los alimentos y descarta comida sin deber.

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