La UMH desarrolla un robot capaz de ayudar al cirujano en operaciones complejas

Estefanía Pérez Jaime

Varias empresas se han interesado en el sistema quirúrgico creado por la Universidad de Elche

Un equipo de investigación de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche ha desarrollado un dispositivo robótico llamado “Imhotep”, capaz de ayudar al cirujano a realizar intervenciones que requieren de mucha precisión, como las cirugías endoscópicas o de próstata. Varias empresas internacionales ya se han mostrado interesadas por él.

Los profesores Jose María Sabater y Eduardo Fernández, junto con el Grupo de Investigación de Neuroingeniería Biomédica (NBIO) de la UMH, han sido los responsables de la creación de este robot, que se maneja por control remoto y que presenta muchas ventajas respecto a su predecesor “Da Vinci”, otro dispositivo pionero en cirugía que ya está en el mercado pero presenta algunas deficiencias como el alto coste, su gran tamaño, la imposibilidad de cambiar las herramientas que lleva incorporadas o el tiempo de instalación.

Los avances de “Imhotep” se basan en sus reducidas dimensiones, que permite una rápida instalación; en su sistema de retroalimentación, que posibilita al cirujano sentir la presión que ejerce sobre el paciente sin tocarlo (a través de una consola); en su bajo precio y en la facilidad de uso, que todavía se está optimizando: “Estamos desarrollando una nueva interfaz para que el robot se pueda manejar de una manera más natural”, ha señalado Eduardo Fernández, que además es médico y coordinador del grupo NBIO.

Asimismo, el sistema quirúrgico de la UMH, es pionero en la incorporación de un intercambiador de herramientas automático que permite añadir fácilmente cualquier utensilio que el cirujano necesite durante la intervención, y es capaz de realizar trabajos tan tediosos como manejar la luz en las operaciones, reduciendo así el número de médicos y enfermeros que se necesitan en quirófano.

El proyecto ha estado supervisado en todo momento por profesionales sanitarios y ha sido financiado por la Universidad Miguel Hernández y el Ministerio de Ciencia y Economía.