¿Es el fuego el enemigo de los bosques?
El fuego forma parte de la mayoría de los ecosistemas, sin embargo, el hombre ha convertido al fuego en el enemigo de los bosques modificando los montes y sus usos, de tal modo que la intervención humana ha alterado el régimen natural de los incendios. Y lo que es peor, la frecuencia e intensidad de estos.
El monte, por el hecho de ser monte, está destinado a quemarse. Ahora bien, puede realizarse de una manera natural y ajustada a su ciclo vegetativo o de una forma devastadora, como hemos observado en los incendios que han asolado urbanizaciones y pueblos. Estos grandes incendios son consecuencia de la acción del hombre. Pues, al intentar evitar que el monte arda, se consiente una acumulación de combustible tal que los efectos de los incendios generan daños en el ecosistema más persistentes en el tiempo de lo que deberían.
Para evitar incendios catastróficos debemos asumir que el fuego también debe estar presente en el monte. La reducción de combustible en zonas estratégicas mediante diferentes técnicas podría ayudar a minimizar el problema. El uso de la quema controlada como herramienta de gestión del combustible puede ser también una buena estrategia, pero hay que actuar en muchas direcciones.