El calzado infantil con ruedines puede ocasionar problemas podológicos
Las zapatillas híbrido entre deportivas y patines forman parte de tiempo de juegos del público infantil. Aunque se trata de un modelo concebido para pasar un rato puntual de diversión, muchos niños han adoptado este calzado como parte de su indumentaria habitual para asistir al colegio. Por este motivo, el profesor de Podología de la UMH Roberto Pascual ha llevado a cabo un estudio cuyos resultados alertan sobre el uso a largo plazo en el ámbito escolar de deportivas con ruedines o “heelys”. El trabajo apunta que este tipo de calzado puede ocasionar problemas podológicos en los usuarios, provocados por el peso de la zapatilla, la altura del tacón y la falta de flexibilidad, así como por el propio ruedín y su inestabilidad.
Según el trabajo del profesor Pascual, que analiza a niños de entre los 2 años y medio y los 8 años y medio, estas zapatillas provocan en los usuarios una carga de su peso en el antepié, la presión media sobre el talón se encuentra entre 1,5 y 2,7 veces superior a la de un calzado normal y el peso del calzado es más del doble que el de un deportivo normal, aunque este dato puede variar según el modelo comercial de zapato. El Consejo General de Colegios Oficiales de Podólogos, tras conocer este estudio de la UMH, recomienda a los centros educativos prohibir a los niños que acudan al colegio con calzado con ruedines.
El elemento más crítico de este tipo de calzado es la altura del tacón
El elemento más crítico de estas zapatillas es la altura del tacón. La diferencia en algunos modelos de una zapatilla con rueda o sin rueda puede ser de hasta 5 cm. Los estudios científicos demuestran que descalzos en el suelo, el 75% del peso lo soporta el talón y el 25% el antepié. A medida que el tacón aumenta, el antepié soporta mayor carga y esto puede tener consecuencias con problemas de crecimiento, enfermedad de Freiberg o metatarsalgias, así como un posible acortamiento a largo plazo de la cadena muscular posterior y su relación con las talalgias como la enfermedad de Sever e interferir en la evolución natural del pie plano infantil. La comparativa entre el niño descalzo, calzado con heelys y calzado con la rueda desplegada refleja que la carga en el antepié aumenta un 20% con el uso del calzado respecto al niño descalzo y hasta un 40% cuando el niño va calzado con la rueda frente al niño descalzo. La sobrecarga del antepié con el uso de heelys es comparable al uso de forma constante de un tacón de entre 4 y 5 cm.
Las zapatillas con ruedines pesan el doble que un calzado deportivo normal, lo que provoca un mayor gasto energético
Este traslado de la carga del talón al antepié supone una alteración de la propiocepción, información que recibe el organismo de las terminaciones nerviosas de la planta del pie. Esto provoca que los huesos del talón se desarrollen menos y el niño tenga un talón estrecho que, a largo plazo, le puede provocar consecuencias negativas. El uso de este tipo de calzado, también, altera los parámetros de presión sobre el talón. Asimismo, la altura del tacón puede, a largo plazo, acortar la musculatura posterior, ya que el niño que usa calzado con ruedines camina de una forma anómala.
El acortamiento de los músculos gemelos, sóleo e isquiotibiales tiene relación tanto con el desarrollo del pie plano como en la influencia de su desarrollo no fisiológico, principal problema en la podología infantil, así como problemas de espalda. Asimismo, las zapatillas con ruedines pesan el doble que un calzado deportivo normal, lo que provoca un mayor gasto energético.