Día Mundial Contra el Cáncer
Miguel Saceda: “La inmunoterapia va a proporcionar muchas alegrías en los próximos años”
El 4 de febrero fue instaurado en el año 2000 como el Día Mundial Contra el Cáncer. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), esta enfermedad es la principal causa de muerte en el mundo. La OMS señala que más del 30% de las defunciones por cáncer se podrían evitar modificando los principales factores de riesgo como, por ejemplo, el tabaco, la obesidad, la contaminación del aire en las ciudades o las dietas con un consumo insuficiente de frutas y hortalizas. Pero además de prevenir, la detección temprana y el tratamiento adecuado son aspectos fundamentales para reducir la mortalidad.
El grupo en el que participa el investigador del Instituto de Biología Molecular y Celular (IBMC) de la UMH Miguel Saceda Sánchez trabaja para aumentar y mejorar el efecto de la radioterapia, uno de los principales tratamientos contra la enfermedad. El equipo mixto, en el que además de la UMH participan el Hospital de Elche y FISABIO, ha recibido un premio de la Sociedad Española de Oncología Radioterápica por su trabajo ‘Potenciación de la radioterapia mediante una terapia enzimática de base nanotecnológica’. El investigador explica que el objetivo de la investigación es que el tratamiento sólo afecte a las células tumorales. En cuanto al futuro para combatir la enfermedad, el experto cree que la inmunoterapia será un tratamiento clave para algunos tipos de tumores.
¿En qué punto se encuentra la investigación en torno a la utilización de nanopartículas magnéticas?
Utilizamos nanopartículas para potenciar el efecto de la radioterapia. De momento, hemos conseguido potenciarlo en cultivos celulares y primarios de pacientes con fibroblastoma. Ahora estamos probando diferentes nanopartículas comerciales para determinar cuáles son las mejores y cómo dirigirlas. Hemos trabajado con partículas magnéticas y ahora estamos considerando la posibilidad de dirigirlas con anticuerpos. Tratamos de mejorar al máximo el sistema antes de trasladarlo a modelos animales y, por último, a pacientes.
¿Qué tipo de cáncer se puede tratar con esta terapia?
En principio, el potencial es bastante general. La radioterapia funciona fundamentalmente por el daño que genera en el ADN de las células tumorales. Lo hace de dos formas, una directa, sobre el ADN, y otra indirecta, al incidir sobre las moléculas de agua en la célula. Así, genera radicales libres que dañan al ADN. La nanopartículas llevan unida una enzima que también genera radicales. Lo que hacemos es generar más radicales de los que inciden con la radioterapia. En esto se basa el efecto potenciador y, en principio, no tendría que haber limitación sobre tumores.
Además del efecto terapéutico, ¿qué ventajas tiene sobre los efectos secundarios?
Lo importante es saber cómo dirigir las nanopartículas para que afecten a las células tumorales y no a las sanas.En modelos celulares, se ha dirigido la enzima hacia el tumor, utilizando como vehículo pequeñas partículas magnéticas que la conducen a la zona tumoral donde se activa. La molécula dirigida tiene la forma D-aminoácidos, mientras que los aminoácidos del organismo humano son de la forma L, por lo que no son capaces de activar esa enzima. Es muy interesante, porque si lo hiciéramos en pacientes podríamos llevar la enzima hasta la zona tumoral, añadirle el D-aminoácido y activarla.
¿Qué obstáculos encuentra la investigación?
Depende de muchos factores como, por ejemplo, la financiación. Después, es necesario conseguir las mejores nanopartículas y determinar la forma adecuada de dirigirlas. Trabajamos en colaboración con grupos de Portugal y Francia y hemos pedido una ayuda SUDOE, interregional en Europa. Si nos la conceden, nos haría avanzar más rápido porque nos permitiría trabajar con laboratorios que generan nanopartículas propias.
La OMS promueve el Día mundial Contra el Cáncer para aumentar la conciencia social y movilizar para la prevención y el control de la enfermedad. ¿Qué aspectos cree que se pueden mejorar en este sentido?
En cuanto a la prevención es fundamental desarrollar nuevos biomarcadores que nos permitan detectar los estadios pre-malignos. Sería el paso crucial porque tendríamos una base molecular para prevenir. Por otra parte, si se eliminaran factores de riesgo como el tabaco o la exposición desmesurada al sol, reduciríamos otros tipos de cáncer. En algunas ocupaciones laborales específicas, relacionadas con el desarrollo de tumores, los trabajadores reciben formación y se protegen frente a los factores de riesgo.
¿Y en cuánto al diagnóstico y el tratamiento?
También avanzan los métodos de diagnóstico. Las mamografías, por ejemplo, han permitido detectar muchos tumores antes de que fueran especialmente agresivos y se curan en porcentaje muy alto. En cuanto a los tratamientos, creo la inmunoterapia del cáncer va a ser un boom. Ha habido resultados esperanzadores que no se han materializado. Pero los avances en investigación indican que para el melanoma y el cáncer de pulmón la inmunoterapia va a proporcionar muchas alegrías en los próximos años.