Cannabis, un diálogo abierto
El Instituto de Bioingeniería de la UMH analizará variedades de cáñamo para garantizar su idoneidad según las diferentes aplicaciones
Elche y la Vega Baja han sido, históricamente, zonas productoras de cáñamo con fines textiles, en concreto dedicados a la industria zapatera y a la elaboración de alpargatas y redes de pesca. Alrededor del 90% de la producción nacional se cultivaba en la provincia de Alicante, en las huertas de Callosa de Segura, Orihuela, Dolores y Catral. La Cátedra Pedro Ibarra de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche recoge en su archivo un buen número de fotografías de los años 50 relacionadas con el cultivo de esta planta en las diferentes pedanías ilicitanas.
La variedad concreta de cáñamo, el clima y las condiciones de cultivo condicionan el tipo y la cantidad de sustancias activas de cada plantación, de manera que no todas resultan igual de adecuadas para los diferentes usos y aplicaciones. El director del Instituto de Bioingeniería de la UMH, Eugenio Vilanova, explica que la Universidad dispondrá de un sistema de control analítico para medir los componentes cannabinoides de la planta de cáñamo, con el objetivo de determinar su idoneidad para los diferentes fines: textiles, farmacológicos o para la elaboración de material industrial como, por ejemplo, redes de pesca, en sustitución del plástico.
Como apunta el profesor Vilanova, se trata de disponer de la metodología analítica necesaria para garantizar que están regulados los diferentes niveles de sustancias psicoactivas de la planta. “Los distintos demandantes necesitan tanto dar con la variedad que más se ajuste a sus necesidades, como poder acreditar que el material vegetal utilizado cumple las normativas establecidas para no superar límites de sustancias no permitidas ”, subraya el director.
Por su parte, el profesor de la UMH especializado en Mejora Genética de Plantas Santiago García explica que tanto el cáñamo y la marihuana pertenecen al género Cannabis. La planta empleada para uso industrial y farmacológico cuenta con baja cantidad de Tetrahidrocannabinol (THC), mientras que en la conocida como María el contenido de THC es mucho más elevado. Ambas especies contienen Cannabidiol (CBD), compuesto no psicotrópico.
Usos y aplicaciones
El uso terapéutico del CBD despierta gran interés en la industria farmacéutica. Santiago García señala que existe la probabilidad de que sea más fácil obtener este componente de variedades de marihuana que de cáñamo. El profesor habla de dos posibilidades: encontrar variedades de cáñamo con alto contenido en CBD o seleccionar variedades de marihuana que tuvieran poco THC -psicotrópico– y mucho CBD -farmacológico-. Entre los agentes con voz en este terreno están las asociaciones de consumidores. Por ejemplo, la asociación ‘La fabriqueta de aguardiente’ de Elche se puso en contacto con la UMH para conocer cuáles de las variedades que cultivaban podían ser las más indicadas para uso farmacológico, es decir, con alto contenido en CBD. En este punto, García reflexiona sobre que la situación legislativa actual respecto a diferenciar entre uso lúdico y farmacológico resulta controvertida.
Otra de las múltiples aplicaciones de esta planta se encuentra en el ámbito industrial. El profesor jubilado de la Escuela Politécnica Superior de Orihuela de la UMH Joaquín Parra es otro de los interesados en que el Instituto de Bioingeniería analice muestras de cáñamo. En compañía de otros tres antiguos docentes, el profesor Parra ha puesto en marcha una sociedad que persigue estudiar y rentabilizar las múltiples posibilidades de uso de la planta. “Además de las propiedades óptimas de la fibra, la semilla se puede aprovechar para extraer aceite, con fines cosméticos; la gramiza, como biocombustible y en construcción; el agua de las balsas, como fertilizante natural por su riqueza en nitrógeno y el CBD, como fármaco”, señala Parra.
El plástico desplazó al cáñamo en la fabricación de redes de pesca, pero estudios científicos alertan de su impacto en los fondos marinos. La nueva estrategia europea sobre biodiversidad apoyará la aplicación de la Directiva marco de estrategia marina, que pretende acercar todas las aguas marinas de la UE al buen estado ambiental antes de 2020. Por ello, las redes de pesca deberán reducir su contenido en plástico y aumentar el de fibra. Esta ha sido una de las razones que ha llevado al equipo de Joaquín Parra a ponerse en contacto con el Servicio de Instrumentación Científica de la UMH. Para extraer hilo del cáñamo, la fibra debe reunir unas condiciones concretas de finura, resistencia y longitud. Si se quiere conocer su rentabilidad, se debe determinar qué variedad es la más indicada para cada uso, cuenta el experto. “Las condiciones climáticas de la Vega Baja ya juegan a favor, porque son idóneas para el cultivo del cáñamo con fines textiles y farmacológicos”, subraya.
Otra de las ventajas de la planta que señala el profesor Parra es que su raíz pivotante, de más de un metro de longitud, favorece un gran movimiento de materia orgánica que enriquece el suelo. Además, el experto asegura que se trata de una de las plantas que más anhídrido carbónico elimina. “Si valoramos todo lo que podemos extraer del cáñamo, seguro que el resultado es rentable”, añade.
Las diferentes aplicaciones del cannabis y su fácil cultivo, la convierten una planta con un gran potencial. Según el Informe Mundial sobre las Drogas 2012 de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, “el cannabis es la sustancia ilícita más consumida mundialmente “. Alaska se ha convertido recientemente en el tercer estado de EU en legalizar el consumo recreativo y medicinal de la marihuana. Uruguay hizo lo mismo en 2013. El diálogo está abierto en otros países como Chile, Guatemala o Ecuador.
Alicia de Lara/Belén Pardos