Las rapaces del Gobi, en peligro
El reciente auge de líneas de transporte y distribución eléctrica en el desierto del Gobi (Mongolia) se ha erigido en una nueva amenaza para las rapaces al multiplicarse los ejemplares electrocutados por unos tendidos muy peligrosos. No existe una evaluación del estado actual de las poblaciones de rapaces en Mongolia, por lo que se desconoce cómo afecta realmente la mortalidad en tendidos eléctricos pero, según especialistas del Departamento de Biología Aplicada de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche, “los resultados constatan que el desierto del Gobi es una de las zonas con mayor mortalidad de rapaces y no se están acometiendo las medidas adecuadas”.
La proliferación de los tendidos y los nuevos postes sin apenas posaderos naturales hacen que las aves aprovechen su altura para otear y poder capturar pequeños roedores y, según especialistas de la UMH, debido a su equivocado diseño, las aves mueren electrocutadas. Este equivocado diseño (con cables en la zona superior) favorece que las aves toquen los conductores y mueran electrocutadas en el momento. A pesar de que en Mongolia se han modificado muchos de los postes con elementos teóricamente antiposada para evitar la mortalidad, en realidad provocan que las aves ocupen huecos más estrechos y más peligrosos por electrocución. Estos artilugios antiposada consiguen el efecto contrario porque aumentan el roce del ala o el pecho con los cables. Consisten en unos tubos de cepillo aislante entre los tendidos, en unos casos, o en la incorporación de unos espejos rotatorios, en otros.
El biólogo de la UMH Juan Manuel Pérez García ha explicado que este ecosistema desértico en el centro de Asia constituye una de las más concurridas rutas migratorias entre la tundra siberiana y puntos del sudeste del continente como China, India o, incluso, Corea.
En estos viajes de miles de kilómetros, las rapaces tienden a aprovechar estos postes para descansar y mejorar la visibilidad en la caza sobre una vasta planicie de herbáceas y roca con muy baja densidad humana. Cinco especialistas del Departamento de Biología Aplicada de la UMH han estudiado la incidencia de este tipo de mortalidad y han comprobado lo contraproducente de las correcciones antiposada aplicadas en los postes. Para ello, han recorrido más de 125 kilómetros de líneas de distribución de 15 kilovatios y contabilizado 1.092 estructuras, donde han observado que los mecanismos antiposada formados por unos cepillos de alambre elevaron la tasa de mortalidad a 4,4 aves muertas por cada 100 postes.
Esto es casi cuatro veces más que las torres eléctricas sin ningún tipo de estructura antiposada. Estos resultados suponen más de diez veces las tasas de electrocución de aves registradas en países como España. En total, los científicos hallaron 76 cuerpos de aves electrocutadas recientes, de un total de siete especies distintas y la más afectada es el Cuervo grande (Corvus corax), con 33 casos. Le siguieron el Busardo mongol (Buteo hemilasius) con 11 y cinco individuos de Halcón sacre (Falco cherrug), especie catalogada en peligro crítico y que está considerada como el “ave nacional de Mongolia”.
El interés por el Halcón sacre no se queda en el país mongol, ya que sus cualidades para la cetrería han hecho que Emiratos Árabes Unidos (EAU) haya sufragado el coste de estos referidos mecanismos antiposada, objeto del estudio. Se da la circunstancia de que este halcón es un generador de economía nacional, ya que es el único país que puede capturar y exportar estas aves, principalmente a la península Arábiga. Anualmente, vende unos 200 ejemplares a unos 11.000 euros cada uno.
Otras rapaces afectadas por las electrocuciones son el Águila esteparia, el Buitre del Himalaya, el citado Busardo mongol y el Cernícalo primilla y vulgar. También, se han contabilizado ocho ejemplares de seis especies muertos con los cables mientras volaban, principalmente de la Ganga de Pallas (Syrrhaptes paradoxus).
Este estudio, elaborado por los especialistas de la UMH Juan Manuel Pérez García, Zebensui Morales Reyes, Lara Naves Alegre, José Antonio Sánchez Zapata y Esther Sebastián González, cuenta con la financiación de la Generalitat dentro de un proyecto para jóvenes investigadores. Según ha advertido Juan Manuel Pérez, los avances científicos en medidas de conservación de otros países no son transferidos a estos puntos del planeta alejados y hace que se cometan “los mismos errores” que hace años.
Los resultados de este estudio recibieron el premio al mejor póster del XXIV Congreso Español y VII Ibérico de Ornitología, celebrado en Cádiz.
Más información aquí.