Un paseo por Cambridge
Por Mariano Almela Alarcón
Área de Gestión de Ayudas y Subvenciones Europeas e Internacionales
Servicio de Gestión de la Investigación – OTRI
Toda una vida se resume en un solo instante, un recuerdo que emerge de los recovecos de la memoria, donde residen los reflejos de aquellos seres que nos marcaron con su huella indeleble. Son como palpitaciones, como sensaciones ocultas que reviven cuando su presencia se hace patente en una imagen, en una melodía o en un paisaje que una vez compartimos con ellos. Son como puentes hacia la eternidad, donde el tiempo se detiene y nos sumergimos en una reflexión profunda que nos acerca a las personas que evocamos, y las devuelven a nuestro lado, por un instante breve, pero eterno, porque la noción del tiempo y del espacio se desvanecen, entre las intrincadas calles de esta venerable ciudad, que ahora compartimos con ellos.
Se enfrentaron a todo tipo de adversidades, pero no cejaron en su intento de profundizar en el saber
Por aquí caminaron, entre otros, Newton, Darwin, Turing, Watson, Crick, Franklin, Hawking, todos aquellos que marcaron la carrera de quienes amamos el conocimiento y la ciencia, por encima de todas las cosas. Su esencia palpita entre las piedras centenarias de esta urbe, donde se atrevieron a cruzar las fronteras del conocimiento y a plantear teorías y principios, revolucionarios en su tiempo, que nos han ayudado a entender el lenguaje oculto en las estrellas y las leyes universales que gobiernan la naturaleza. Fueron intrépidos, y se enfrentaron a todo tipo de adversidades, pero no cejaron en su intento de profundizar en el saber, porque en ese ámbito eran auténticamente libres.
No puedo dejar de sentir una profunda emoción cuando me adentro en estos lugares emblemáticos, donde estos personajes, que conocimos a través de las ilustraciones de nuestros libros de ciencia, debieron poner en práctica su enorme capacidad de observación y un pensamiento crítico fuera de lo común, para apreciar las verdades ocultas que pasaban desapercibidas para el resto de los mortales. Fue aquí donde se anunció el descubrimiento de la estructura del ADN, por ejemplo, y se pusieron con ello las bases para el desarrollo de la biología moderna, con multitud de aplicaciones en campos tales como la genética, la biología celular y la medicina.
Me quedo con la valentía de estos sabios del pasado que fueron capaces de avanzar en el conocimiento científico
En esta ciudad se ejemplifican los valores supremos de la ciencia, la libertad de pensamiento, el respeto al conocimiento que nos transmiten nuestros maestros, la capacidad para estar abiertos a la discusión, siempre con espíritu crítico, aceptando las opiniones de los demás, pero cuestionándolas cuando sea preciso, evitando caer en dogmatismos. En esta Universidad se impartieron multitud de lecciones, pero por encima de todo, me quedo con la valentía de estos sabios del pasado que fueron capaces de avanzar en el conocimiento científico, defendiendo sus ideas con vehemencia, pero también rectificando cuando se les convencía con argumentos racionales. Esta es la auténtica esencia de la ciencia, que se respira por las calles de esta prestigiosa ciudad universitaria, cuyo ejemplo debería ser un potente faro que nos iluminase a todos.