Es crucial abordar la falta de representación de las mujeres en la ciencia y los desafíos a los que se enfrentan al equilibrar la maternidad y la carrera académica. Las diez propuestas presentadas ofrecen soluciones concretas para crear un ambiente más inclusivo y apoyar a todos los cuidadores en la investigación.
Tal día como hoy, en 1815, nacía en Londres Ada Lovelace, una auténtica visionaria de la computación moderna que en plena época victoriana ideó el primer programador informático de la historia.
Obtuvo su doctorado en Neurociencias en la Universidad Miguel Hernández de Elche. Jugó con la selección española de balonmano. Ahora, investiga en el Departamento de Células Madre y Biología Regenerativa de la Universidad de Harvard.
Durante la Edad Media (siglo V-XV) se publicaron recetarios cuyo conocimiento medicinal fue transmitido, principalmente, entre mujeres.
I secreti del Reverendo Donno Alessio Piemontese (1555) es un ejemplo analizado en la jornada “Cuidado y remedios de las mujeres en el siglo XVI” del Proyecto RECIPE.
Antes se pensaba que la leche y los derivados lácteos eran mucho más nutritivos cuanto más frescos y menos manipulación hubieran sufrido. Alice C. Evans demostró que el consumo de leche fresca de vacas infectadas podía transmitir la brucelosis.
Frankenstein moldeó la idea de la ciencia como herramienta de poder sobre la naturaleza. Durante doscientos años, ha alimentado muchos debates entorno a qué nos hace ser humanos y respecto al miedo al progreso y a los límites de la investigación.
¿Cómo se concreta la brecha de género en las ciencias tecnológicas y matemáticas? ¿Son machistas las IA? ¿Existen cerebros de hombres y de mujeres? ¿Por qué cuesta tanto pensar en mujeres programadoras? L