Los primeros Homo sapiens facilitaron el establecimiento del águila perdicera en el Mediterráneo hace 50.000 años

El águila perdicera no pudo haberse establecido en el Mediterráneo con anterioridad a la llegada de los primeros Homo sapiens porque la presión competitiva ejercida por el águila real y otras especies sería entonces demasiado asfixiante. Sin embargo, la ventaja que supuso en su día para el águila perdicera el vivir en cercanía con los humanos se ha vuelto hoy día en su contra.