Neumáticos más ecológicos para una conducción más económica

El Departamento de Ingeniería Mecánica y Energía de la UMH ha descubierto recientemente diversas mejoras, económicas, energéticas y medioambientales en la fabricación y el funcionamiento de los neumáticos recauchutados. Las dos investigaciones desarrolladas han demostrado en los últimos meses que, a pesar del chiste fácil, algunos proyectos de la UMH van sobre ruedas.

Por una parte, la investigación realizada por la Cátedra para la Investigación y Formación sobre Neumáticos Reciclados de la UMH, adscrita al departamento, concluye que en la fabricación de neumáticos recauchutados para turismos se emplea de media un 44,5% menos de energía (equivale a un ahorro medio de 10,5 L de petróleo por neumático) y se reduce en un 51,7% las emisiones de gases (aproximadamente 32,8 kg de CO2 emitido a la atmósfera por neumático) comparado con la fabricación de productos nuevos equivalentes. Este ahorro en los costes de fabricación se ha estimado en un 47% para los neumáticos de turismos, y de un 76% para los de camión y vehículo industrial.

El investigador de la UMH, Miguel Sánchez Lozano, director del Departamento y de la Cátedra, defiende la fabricación de estos neumáticos recauchutados como productos ecológicos por dos razones principales: “No sólo se consigue dar salida a un residuo que puede ser y es problemático, sino que, además, se emplea menos energía y menos materiales para su fabricación comparado con un neumático nuevo”. De hecho, considera que el futuro de las innovaciones en este ámbito pasa principalmente por la optimización del consumo energético en la fabricación.

Miguel Sánchez, director de la Cátedra y del Departamento de Ingeniería Mecánica y Energía

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Estos menores costes de fabricación podrían traducirse en un ahorro para el conductor que adquiere un neumático recauchutado. Sin embargo, y de acuerdo con el estudio elaborado por el Grupo de Ingeniería Mecánica Aplicada de la UMH, para la empresa Industrias del Neumático S.A., ese ahorro se incrementa si la mezcla de la goma incluye una medida ajustada de sílice. Este componente sustituye parte del elevado porcentaje de negro de humo o negro de carbono (en inglés carbon black), una de las cargas que se utilizan en la mezcla de la goma para reducir el desgaste que sufre el recauchutado, aumentar la durabilidad del material y mejorar las propiedades en general, además de otorgar el tono oscuro al color crema propio del caucho

La nueva composición de la goma se añade durante el proceso de recauchutado como banda de rodadura. De acuerdo con Sánchez Lozano, la introducción del sílice en el compuesto consigue mantener la resistencia al desgaste, pero además provoca que la histéresis o pérdida de energía de los neumáticos se reduzca: “Cuando estiras y encoges un material, pierde parte de energía en cada ciclo, que acaba transformada en calor. En cada vuelta de un neumático, la parte de la goma chafada –que se conoce como huella de contacto- recupera su forma cuando deja de tocar el suelo, liberando energía con cada ciclo y calentando la rueda”. De este modo, cuanta menos energía necesite una rueda para girar, es decir, cuanto menor sea su resistencia a la rodadura, menor será también el consumo de combustible del vehículo. Según el director, la optimización en la mezcla para mejorar la resistencia de la rodadura es parte fundamental en el camino hacia la innovación en este ámbito.

En cada vuelta de un neumático, la parte de la goma chafada o huella de contacto recupera su forma cuando deja de tocar el suelo, liberando energía con cada ciclo y calentando la rueda. Cuanta menos energía necesite una rueda para girar, es decir, cuanto menor sea su resistencia a la rodadura, menor será también el consumo de combustible del vehículo”

Este estudio, desarrollado gracias al convenio firmado con la empresa Neumáticos Soledad, comprobó también el resultado del dibujo que el fabricante ha incorporado a un nuevo modelo de neumático. La comparación de este dibujo reveló, según Sánchez Lozano, datos sorprendentemente buenos, ya que la emisión de ruido en el recauchutado analizado –con una composición de la goma y dibujo diferentes- se reduce hasta en un 3% respecto al neumático nuevo de primera marca que se tomó como referencia.

Una vez comprobado el menor coste energético en la fabricación de recauchutados, y las ventajas medioambientales y económicas derivadas de la modificación de la goma y el dibujo, el Grupo de Ingeniería Mecánica Aplicada de la UMH deberá analizar a partir de ahora si la sustitución de parte de negro de humo por silicio afecta a la durabilidad del neumático. Para ello, según Sánchez Lozano, el fabricante ha decidido instalar estas ruedas en los vehículos de sus comerciales: “Estos neumáticos ya superaron las pruebas de seguridad, pero ahora queda saber si se produce un desgaste anormal”. El problema, explica, es que no existe un ensayo normalizado para medir la resistencia del desgaste de los neumáticos, es decir, cuánto tiempo le durará al usuario.

Los resultados del estudio elaborado para Neumáticos Soledad coinciden, asimismo, con la entrada en vigor de una nueva normativa europea sobre el etiquetado de neumáticos en función de su rendimiento energético, que ayuda a los consumidores a elegir productos más eficientes y respetuosos con el medioambiente. Y, aunque esta nueva reglamentación atañe por el momento sólo a los neumáticos nuevos, los resultados del estudio son un ejemplo de cómo la transferencia de conocimiento y colaboración entre la universidad y la empresa pueden mejorar, en primer y último término, la calidad de vida de los ciudadanos y de su entorno.

FNM

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